Que a Miguel Bosé le gusta coquetear con la provocación no es una novedad. Que no comparte la estrategia internacional de bloqueo contra el régimen de Cuba, tampoco. Pero el cantante ha conseguido sorprender (especialmente al PP, a tenor de la reacción de algunos de sus dirigentes) al comparar la "represión" de la Cuba de Fidel Castro con la que, a su juicio, se vive en la Valencia del popular Francisco Camps, esa en la que se han intentando censurar fotografías vinculadas al caso Gürtel . La frasecita de la polémica fue la siguiente: "En Cuba siempre ha pasado de todo. Cuánto hay de verdad y cuánto no... no lo sabemos. Si se pretende hablar de represión a pequeño o gran nivel, en todos los países existe. Imaginad lo que ha pasado en Valencia con la exposición fotográfica del caso Gürtel . ¿Eso no es represión? Pues sí", sentenció Bosé en la presentación de su disco.

Tan polémica versión de una Valencia cubanizada chirrió en los oídos de los conservadores, entrenados además en cargar contra los artistas que, como Bosé, dieron apoyo explícito al socialista José Luis Rodríguez Zapatero en las pasadas elecciones, con ayuda de un vídeo-manifiesto que hizo de la vistosa ceja del presidente del Gobierno un símbolo de respaldo político.

Por alusiones, la primera réplica le llegó a Bosé desde la Generalitat valenciana: Camps y sus consejeros hallaron de la mano (o de la boca) del cantante una oportunidad de oro para desviar la atención sobre las críticas que ellos habían recibidas por su decisión de retirar de la exposición Fragmentos de un año fotografías en las que aparecían como protagonistas del caso Gürtel . El vicepresidente de Valencia, Vicente Rambla, fue el primero en tirar la piedra contra el intérprete. "Comparar el régimen castrista con un Estado democrático como es España es darle alas a Fidel Castro y a la dictadura que practica, aunque Bosé la defienda. Que rectifique estas manifestaciones que hacen daño al conjunto de los valencianos", aseveró.

Tampoco perdió oportunidad de salir a la palestra la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, verdadera especialista en intentar sacar los colores a los artistas que ella considera de izquierda y que, a su entender, hacen públicas sus opiniones a golpe de subvención. En la COPE, la madrileña dijo haberse indignado al oír a Bosé hablar de Cuba. Y, como era de esperar, generalizó el reproche. "Ya se sabe lo que opinan estos de la ceja... ¿cómo no condenan la dictadura cubana, que en estos momentos lleva 51 años?", apostilló.

Por su lado, el responsable de Comunicación de los populares, Esteban González-Pons (a la sazón valenciano y exconsejero de Camps), se preguntó ayer qué motivos pueden llevar a Bosé a definir al PP como "un molusco con tentáculos como medusas", una metáfora que, según Pons, puede "quitarle de encima, innecesariamente, 11 millones de posibles compradores", en alusión a los votantes conservadores.

WILLY TOLEDO Pero Bosé, además de enredar con el PP, también aprovechó la presentación de su disco para echar un capote al actor Willy Toledo, al que cree "un tío con mucha lucidez", y que hace días restó relevancia a la muerte del disidente cubano Orlando Zapata, calificándolo de "delincuente co- mún". Toledo, que después matizó sus polémicas palabras sobre Zapata, ha acusado a la prensa de malinterpretarlo. Ayer, un grupo de 19 actores (Alberto San Juan, Luis Tosar, Lola Dueñas, Candela Peña o Juan Diego Botto) salió en su defensa y denunció que hay rechazo a la implicación política de los artistas.