El PP tenía decidida, desde el pasado verano, la estrategia que había de seguir si el Tribunal Constitucional dictaba sentencia antes de las elecciones catalanas: no renegar de su recurso; acatar el fallo sin criticarlo (salvo que terminase excesivamente troceado por necesidades de la votación) y renunciar a un discurso de "vencedores o vencidos". Y ese fue el camino argumental que transitaron ayer la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Saénz de Santamaría, y la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, con el visto bueno de una cúpula popular que ya se da por satisfecha con la decisión del TC y que, según explicaron a este diario algunos de sus dirigentes, está decidida a "no hacer más sangre".

Así, Saénz de Santamaría subrayó que, más allá de los análisis "contradictorios" de María Teresa Fernández de la Vega y José Montilla, "la realidad es que el tribunal estima buena parte del recurso del PP: 50 artículos de calado". Además, resaltó el hecho de que se haya aclarado que el término "nación", incluido en el preámbulo estatutario, carece de relevancia jurídica. Desde el entorno de Rajoy se reclamará al partido que eviten las valoraciones y dejen este asunto en manos de la dirección y del PPC.

Sánchez Camacho dice, por su parte, que el Constitucional "ha dado la razón" a quienes recurrieron el Estatut --entre ellos el PP-- al "cuestionar más de 40 artículos", y exigió al presidente de la Generalitat, José Montilla, que "acate y haga acatar" la sentencia del alto tribunal.