Con su propósito de llevar al PP al juez por las amenazas que se exhibieron en pancartas de la manifestación de Salamanca, Josep Lluís Carod-Rovira logró desencadenar un agitado debate que dejó en un segundo plano la reivindicación de los participantes en la protesta. Pasqual Maragall reclamó al PP que se disculpe. El primer secretario del PSC y ministro de Industria, José Montilla, calificó lo sucedido de "anecdótico". Mariano Rajoy censuró las pancartas, pero desoyó la petición del presidente catalán. Otros populares ahondaron en el insulto. Esquerra anunció que, ya puestos, se querellará también contra el periodista Federico Jiménez Losantos y la COPE por "injurias y calumnias".

"Exijo, en nombre del pueblo de Cataluña, y puedo hablar así, que haya una disculpa por estos insultos, porque si no, iremos muy mal", dijo por la mañana el presidente de la Generalitat. Lo sucedido en Salamanca fue, según Maragall, un "coletazo" del franquismo.

NI SENSATO NI EQUILIBRADO A la invitación de Maragall respondieron de inmediato Rajoy y otros dirigentes populares. "Carod no es un ejemplo ni de moderación, ni de equilibrio, ni de sensatez, sino que es una persona que ha dedicado buena parte de su vida política a generar tensión y a hacer cosas que molestan a la inmensa mayoría de la gente", zanjó Rajoy. En plena sintonía, el presidente del PP catalán, Josep Piqué, aconsejó a Maragall que antes se disculpe él por los incidentes de las manifestaciones celebradas tras el 11-M.

Hubo más. El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, hizo como que no quería responder para atacar: "No voy a alimentar a una persona que vive del cuento".

La tensión terminó por dar pie a un singular análisis por parte del número dos de CiU, Josep Antoni Duran Lleida. Sostuvo que populares y republicanos "se retroalimentan", ya que "al PP no le importa que ERC crezca" en Cataluña gracias a sus críticas a Carod si así "recaba votos en la España profunda".

Sobre la denuncia, el líder de ERC explicó que espera que actúe el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido. Si no lo hace --añadió-- ERC se reserva la opción de denunciar los hechos directamente ante los tribunales. El número dos de ERC, Joan Puigcercós, avisó, por su parte, que la acción contra Jiménez Losantos "puede que no sea la única" que se emprende de esas características.

La polémica, por último, propició también una perla. El secretario regional del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. Afirmó que él, en la manifestación, sólo vio "un sentimiento de cariño hacia los catalanes y Cataluña".