La investigación de los manejos de Unió Mallorquina (UM) sigue deparando nuevas revelaciones. Varios líderes de grupos de inmigrantes de las islas han admitido ante la policía que la formación captó votos en la campaña de las autonómicas y municipales del 2007 entre colectivos suramericanos a cambio de dinero o de sueldos en empresas públicas.

La denuncia, conocida esta semana, hizo que el PP pidiera ayer la cabeza del presidente de Baleares, Francesc Antich, que se aupó al gobierno autonómico con el apoyo de Unió Mallorquina, aunque el pasado mes de febrero la expulsó por los casos de corrupción.

"Antich no debe seguir ni un minuto más porque basa su Gobierno en un fraude electoral", argumentó el vicesecretario de Comunicación de los conservadores, Esteban González Pons, para quien no se trata de "un fraude electoral más, sino de un gran fraude electoral que cambia el resultado de unas elecciones, porque de no haber existido, el Gobierno ahora sería otro". González Pons basa sus afirmaciones en el hecho de que Unión Mallorquina obtuvo su último diputado autonómico, el que le permitió ser decisiva, por unos escasos 451 votos, sin los cuales el PP hubiera obtenido la mayoría absoluta.

PACTO CON EL PP Antich le respondió a González Pons que "en el PP de Madrid no se enteran de nada absolutamente" y le recordó que cuando se produjeron los hechos que critica, "el que tenía un pacto con Unió Mallorquina era el Partido Popular". "Con la que ha caído aquí, que el señor Pons haga sermones es un poco malo de aguantar", añadió el presidente balear, en referencia a los casos de corrupción por los que están siendo investigados diversos altos cargos de los populares en el anterior mandato, con el expresidente de Baleares Jaume Matas a la cabeza.