La crisis en el PP gallego ha llevado a la dirección del partido a barajar la posibilidad de adelantar al 28 de noviembre las elecciones autonómicas, previstas para octubre del 2005, una idea que no gusta a Fraga, pero que ha cobrado fuerza en las últimas horas. Mariano Rajoy ha dado instrucciones a Fraga de no ceder ante los dirigentes rebeldes.

El presidente de la Xunta declaró ayer que "no entra" en sus "cálculos" anticipar la consulta electoral. "No lo he hecho nunca y creo que no es necesario". Sin embargo, el fundador de los populares matizó que esto "no quiere decir que, según la evolución del tema, no pudiera cambiarse de opinión".

Si se produce la escisión que capitanea el presidente de los populares de Ourense, es muy probable que el próximo martes Fraga anuncie que las elecciones se adelantan al último domingo de noviembre, una de las pocas fechas posibles, ya que está previsto celebrar el referendo de ratificación de la Constitución Europea el 27 de febrero y la ley impide dos citas electorales en una circunscripción en menos de 90 días.

MISION PARA FEIJOO Pese a todo, Fraga aún guarda esperanzas de que los diputados díscolos den marcha atrás: "En la vida, no hay más que una cosa irrevocable, que es la muerte". Para lograrlo, confió la misión de suavizar la crisis a su vicepresidente primero, Alberto Núñez Feijóo, un hombre de la confianza de Rajoy. Feijóo se desplazó a Ourense para transmitir al líder rebelde, José Luis Baltar, que "la política consiste en sumar y no en dividir". El vicepresidente avanzó que acudía a esa reunión para "hablar con un amigo" y mantener "una conversación tranquila de personas pertenecientes a un mismo partido". Pero el resultado fue nulo, ya que el sector ourensano considera que Feijóo no sólo no es el interlocutor adecuado, sino que es parte del problema.

El propio Fraga llamó ayer por teléfono a Baltar para avanzar cuestiones en las que profundizarán en la reunión del próximo lunes, y liberó su agenda el fin de semana para dedicarlo a preparar a fondo este encuentro, del que saldrá una decisión definitiva sobre la escisión.

LIDERAZGO NO AMENAZADO Fraga también intentó evitar que la crisis gallega salpique a Rajoy a una semana del congreso que ha de investirle como presidente. El fundador popular dijo que el liderazgo de Rajoy no está amenazado. "No veo razón alguna para ello, precisamente porque él no está asumiendo ninguna posición ni ninguna responsabilidad en este asunto", sentenció. Rajoy dejó en manos de Fraga la resolución de la crisis, aunque también le ha pedido que no ceda a la demanda de más poder de Baltar y los suyos.