España está ante una "gravísima encrucijada histórica". Esta es la principal conclusión a la que llegó la dirección del PP en la mañana de ayer, cuando analizó en su tradicional reunión de los lunes las posibles consecuencias de que el lendakari Juan José Ibarretxe se haya atrevido a poner fecha al referendo sobre el futuro de Euskadi y los "nacionalistas radicales" se dediquen a "ultrajar" a la Corona y a "perder el respeto" a las instituciones.

Y para poder hacer frente a esa "encrucijada" y, de paso, intentar defender una "integridad territorial" que consideran amenazada por el independentismo, los populares han decidido que sean los más jóvenes del partido los que pongan en marcha la campaña Somos España , a fin de animar a los ciudadanos a participar en todos los actos del 12 de octubre, Día de la Hispanidad.

Así, el presidente de las Nuevas Generaciones del PP, Nacho Uriarte, instó a los responsables de los ayuntamientos a organizar actos el día 12 para que sus vecinos puedan celebrar la hispanidad "por encima de ideologías". Uriarte, que compareció en la sede del partido con el número dos del PP, Angel Acebes, y los presidentes del PP catalán y vasco, Daniel Sirera y María San Gil, anunció también que se repartirán folletos explicando su postura frente a la "debilidad" de un Gobierno que tiene "miedo" a respaldar a los que se sienten "orgullosos" de ser españoles. Además, avisó de que los jóvenes populares intentarán poner la bandera en los consistorios de municipios de Euskadi, Cataluña, Galicia y Navarra en los que se "vulnere" la ley.

CATALUÑA Y EUSKADI Por su lado, Sirera se comprometió a llevar esta campaña a "todos los rincones" de Cataluña, aseverando que exigirá a la Generalitat garantías de que la policía actuará cuando se quemen fotos del Rey. San Gil se mostró "enormemente orgullosa" de participar en una campaña que coincide con el "desafío totalitario" que, a su entender, acaba de lanzar Ibarretxe en busca de la "división" de los vascos.

Cerró la presentación Acebes, quien arremetió contra José Luis Rodríguez Zapatero como máximo responsable del "proceso de deterioro" de la política; de haber dejado, afirmó, al Estado de derecho sin instrumentos para frenar consultas ilegales tras reformar el Código Penal, y de haber dado alas al nacionalismo a cambio de alianzas.