La convocatoria de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) para oponerse a una negociación con ETA se convirtió, alentada por el PP, que se volcó en la manifestación, en una manifestación contra el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. La mayoría de los asistentes exigió su dimisión y le tildó de "embustero". El acto discurrió sin incidentes, salvo un pequeño altercado con un redactor de una TV local.

La manifestación comenzó con un cuarto de hora de adelanto debido a la masiva asistencia de participantes. La Delegación del Gobierno de Madrid calculó que habían acudido al llamamiento 240.000 personas. Los organizadores elevaron esa cifra hasta el medio millón, mientras que la Comunidad de Madrid subió el listón hasta el millón.

Hubo tres cabeceras y el recorrido fue elegido porque empezaba y acababa en lugares donde ETA causó siete víctimas (el inicio) y 12 (el final). La primera cabecera la integraban víctimas del terrorismo, precedidas por Irene Villa y su madre (víctimas de ETA) y Laura Jiménez (herida en el 11-M). Las tres siguieron el recorrido en silla de ruedas. La pancarta que portaba el presidente de la AVT, José Alcaraz, y otros afectados decía: Por ellos, por todos; negociar en mi nombre, no .

PRESENCIA POPULAR Unos metros detrás, se colocaron los políticos, es decir, la plana mayor del PP. Su líder, Mariano Rajoy, fue recibido y despedido por la multitud al grito de "presidente, presidente". También acudieron el exministro del Interior Angel Acebes, cuatro presidentes autonómicos del PP y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que fue abucheado por un grupo de asistentes que, por contra, aplaudió al exalcalde José María Alvarez del Manzano. La pancarta del PP pedía Libertad con dignidad .

El expresidente del Gobierno José María Aznar no se unió a ese grupo. Prefirió mezclarse con el público junto a su mujer, Ana Botella, y su hijo Alonso. Aznar acudió por ser una víctima de ETA, pero se convirtió en el primer expresidente que se manifiesta contra la política de su sucesor en el cargo.

La tercera cabecera estaba formada por representantes del Foro Ermua y de la Fundación Miguel Angel Blanco. En su pancarta se leía: Colectivos cívicos por la libertad. No a la negociación .

Durante el recorrido ondearon numerosas banderas españolas. También pancartas con fotografías de las víctimas de ETA, que coincidían con otras en las que se criticaba o insultaba a Zapatero. HB+ZP=HP , decía una de ellas. En otra se podía leer: Nos mienten, nos matan, pero con talante .

CONTRA EL GOBIERNO Los gritos más coreados junto a la pancarta de la cúpula del PP fueron: "Zapatero, dimisión". "Embustero, Zapatero". También se lanzaron gritos contra Gregorio Peces-Barba, el Alto Comisionado para las víctimas, que no acudió. En una pancarta se le volvía a acusar de haber defendido a terroristas, como hizo un senador del PP, aunque luego se retractó.

Los organizadores, agrupados al lado de la pancarta de la AVT, trataron de impedir ese tipo de expresiones y lanzaron por los megáfonos otras consignas: "No son presos, son asesinos" y "Negociación en mi nombre, no". También pidieron que no se insultara a los periodistas después de que unos jubilados corearan, dirigiéndose a los informadores, "No me váis a volver a hacer un 11-M". Por contra, recibieron a la periodista Isabel San Sebastián al grito de "esta sí". La informadora leyó un texto en el que exigió al Gobierno que no negocie con los asesinos y pidió a Zapatero que no olvide a las víctimas.

Por su parte, Alcaraz, el presidente de la AVT, aseguró en la declaración final que la propuesta de paz auspiciada por el Ejecutivo era "una traición" para los muertos y sus familias. La misma expresión utilizada por Rajoy en el reciente debate del estado de la nación. Alcaraz calificó de "demencial" la voluntad negociadora del Gobierno, por querer hablar con "los del tiro en la nuca y los asesinos de una treintena de niños".

Amonestó al Gobierno por promover ese proceso, porque, dijo, "la justicia será la única que consiga mermar el sufrimiento y el dolor que han sembrado los terroristas". También alabó el pacto antiterrorista, porque permitió ilegalizar a Batasuna. Y se preguntó "cuántos muertos" son necesarios para que el Gobierno actúe contra el Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK en euskera).

TEXTO DE JUAN CARLOS Alcaraz terminó su intervención apropiándose de las palabras del jefe del Estado en su alocución de las Navidades de 1987. En aquella ocasión, leyó, el rey Juan Carlos pidió que se "rechazara con decisión a quienes hacen correr la sangre de los españoles y (...) también a quienes les amparan". El Monarca añadió que los problemas se solucionan "si se comparte sinceramente la voluntad de entendimiento, pero sólo pueden estrecharse las manos que no están ensangrentadas por el crimen y la indignidad".

La marcha terminó al filo de las ocho y media de la tarde con un minuto de silencio, que fue roto con vivas a España.