Mariano Rajoy marcó el jueves, a través de un comunicado oficial, la estrategia a seguir por el partido tras la imputación del presidente valenciano, Francisco Camps, en el caso Gürtel. Y se puede resumir en un todos detrás de Camps. A tenor de las declaraciones realizadas ayer por diversos cargos públicos del partido, su directriz se está acatando sin excepciones: de la secretaria general para abajo, todo aquel que fue preguntado ayer por el asunto salió en defensa del valenciano. También los dirigentes del PP de Madrid, aunque en privado admitan sus reservas por una supuesta diferencia de trato entre los militantes madrileños y los valencianos. Y es que se da la circunstancia de que los tres parlamentarios madrileños imputados en el caso pidieron la suspensión temporal de militancia, solicitud que la dirección popular aceptó. No ha ocurrido lo mismo con los imputados de origen valenciano.

Sobre ese hipotético trato diferencial a Camps y los suyos frente a los de Esperanza Aguirre se le preguntó ayer a la número dos del PP, Dolores de Cospedal. "Hay otros que tampoco han renunciado a su escaño", contestó. Con esa respuesta --que difícilmente caerá bien en las filas aguirristas-- aludía a los parlamentarios Alfonso Bosh, Benjamín Martín Vasco y Alberto López Viejo que, pese a haber dejado la militancia, sigan siendo diputados en la Asamblea.

Sobre la imputación concreta del presidente de Valencia, De Cospedal dijo que podrá "defenderse" ante los tribunales de las acusaciones que viene recibiendo. En la misma línea, el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, destacó que Camps es, a su entender, un político "de trayectoria impecable" y se felicitó porque vaya a tener un juicio "real y no paralelo".

Por su parte, el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, denunció una "cacería" con el presidente valenciano como objetivo e, incluso, buscó los motivos: "porque arrasa a los socialistas elección tras elección". Y el vicepresidente de Madrid, Ignacio González, exigió que se levante cuanto antes el secreto de sumario del caso para terminar con la "indefensión" de los afectados por la trama de corrupción.

EL PSOE PRESIONA A RAJOY El PSOE siguió ayer intentando sacar rédito político de la imputación de Camps, aunque quien más claro habló en las filas socialistas fue el expresidente del Gobierno Felipe González. Este se preguntó "hasta cuando se van a resistir los dobles raseros" que aplica el PP y recordó el caso del expresidente de Castilla y León Demetrio Madrid (PSOE) que dimitió después de ser imputado por una cuestión que "no tenía nada que ver con su cargo", y después fue absuelto. José María Aznar, el entonces líder de la oposición en la comunidad castellana, le dijo a Madrid que aquella imputación era "incompatible con el cargo" que ostentaba y que "tenía 24 horas para dimitir", rememoró González.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, pidió al PP que "actúe con coherencia", mientras que el diputado socialista Antonio Hernando reprochó a Rajoy que no haya dado una sola explicación al respecto a los ciudadanos.