El PP volvió a experimentar su aislamiento político al intentar conseguir que el Congreso reprobase al ministro de Industria, José Montilla, a quien acusó de tratar privilegiadamente a La Caixa a cambio de la condonación al PSC de los intereses generados por sus créditos. El resto de los grupos, sin distinción, votó en contra de la moción --que incluía la creación de una comisión de investigación de las decisiones del ministro-- y criticó con dureza el oportunismo político de los conservadores.

La moción pedía la reprobación de Montilla por "el demostrado conflicto de intereses derivado de haber obtenido privilegios particulares durante el ejercicio de sus funciones por parte de una entidad financiera La Caixa con intereses explícitos en los mercados regulados sometidos a sus decisiones". También exigieron la reprobación por las críticas que el ministro dirigió a los periodistas Federico Jiménez Losantos y Pedro J. Ramírez, lo que el PP calificó como "descalificaciones que subvierten la libertad de prensa".

DEBATE BRONCO En medio de un debate bronco, salpicado de gritos, Vicente Martínez Pujalte, del PP, le dijo al ministro que "debería dimitir" porque ha "cometido ilegalidades" y porque ha nombrado a amigos para cargos públicos. Esa referencia hizo que todos los demás intervinientes hicieran gracias sobre los compañeros de pupitre que colocó José María Aznar en las grandes empresas que privatizó.

Las ironías se suplieron pronto por una crítica general sobre el modo de actuar del PP. Teresa Cunillera, en nombre del Grupo Socialista, replicó al PP que su actuación política se basa "en la hipocresía y el cinismo" y destacó que "de un lado" estaban la mayoría de los grupos alineados en torno a una manera positiva de ejercer su función, contrastando y debatiendo desde sus posiciones ideológicas y llegando a acuerdos cuando es posible. "Del otro --añadió--, hay un solo grupo instalado en la destrucción del adversario, al que considera enemigo, con un sentido de la propiedad del país y de la verdad absoluta que le lleva a la descalificación y que vive en la cruzada de expulsar del Gobierno a los socialistas porque los considera usurpadores de lo que les pertenece por derecho".

INSULTOS Tras afirmar que la reprobación se basa en un "caso falso", Cunillera criticó que el PP diga que se atenta contra la libertad de expresión cuando los demás partidos contestan a periodistas que insultan a los líderes del PSOE, CiU, ERC o el PNV y no reproche a esos mismos periodistas sus mentiras, insultos y groserías. Ni siquiera cuando dicen que José Luis Rodríguez Zapatero es un "masón de provincias" o que Josep Lluís Carod-Rovira "quema católicos en la puerta de la iglesia".

La respuesta al PP incluyó alusiones de distintos grupos a su política "oportunista" y "desestabilizadora". El debate provocó momentos de tensión cuando Joan Puigcercós (ERC) acusó al PP de afirmar que todos los catalanes son malos menos los de su partido, cuando Francisco Rodríguez (BNG) dijo que el PP pretende la "desestabilización antidemocrática" y, sobre todo, cuando Isaura Navarro (IU-ICV) les acusó de falta de pudor al recordar que Eduardo Zaplana, "siendo presidente del País Valenciano, le dio 900 millones de pesetas a su amigo Julio Iglesias, distribuidos en paraísos fiscales mediante facturas falsas".