Los intentos del PP de dilatar la designación de la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, como senadora por Valencia ha llevado a los conservadores a proponer algo inédito en el parlamentarismo español. Ni más ni menos que someter a Pajín a un "examen", una suerte de evaluación para dilucidar si defiende los intereses de la Comunidad Valenciana, y en consecuencia, si es acreedora del escaño en el Senado. Es una posibilidad que está estudiando el grupo del PP en las Cortes Valencianas y que ayer originó el enésimo enfado del PSPV, contrariado tras el archivo de la causa contra el presidente Francisco Camps.

La prueba incluiría, por ejemplo, cuestiones como si Pajín está a favor del trasvase de agua del Ebro o si cree que el valenciano y el catalán son la misma lengua, así como preguntas sobre seguridad y financiación autonómica.