ACoalición Canaria (CC) no le va a salir barato su pacto con el PSOE. Ayer, su socio de gobierno en el archipiélago, el PP, dijo que rompía la alianza. ¿Por qué? La explicación oficial es que CC ha apoyado unos presupuestos nefastos para el futuro de España "a cambio de nada". O sea, que el PP se venga de que los nacionalistas canarios den oxígeno al Ejecutivo en vez de favorecer un adelanto electoral.

Pero en la decisión adoptada ayer por el líder de los populares canarios, José Manuel Soria --con el consentimiento de su jefe, Mariano Rajoy--, hay mucho de táctica política, como se terminó reconociendo ayer desde la dirección nacional. "Soria tenía ganas de romper. Hacer campaña desde dentro del Gobierno es difícil. Había que romper antes de las autonómicas", apuntaban con sinceridad algunos dirigentes del PP. No obstante, la posición de los conservadores de Canarias no es fácil de explicar, ya que han cambiado de opinión varias veces.

GIRO DE DISCURSO Fue el pasado sábado, en la reunión interparlamentaria que el PP celebró en las islas, cuando Soria comentó a sus compañeros de partido que, aunque no le gustaba que CC diera respaldo a los presupuestos, él actuaría con "lealtad y responsabilidad" y mantendría los acuerdos firmados hace tres años. Horas después, el presidente canario y de CC, Paulino Rivero, acudía a la Moncloa a verse con Zapatero y a hacer público un pacto de legislatura. Entre otras cosas, logró desatascar la reforma del Estatuto; la competencia de políticas activas de empleo como las de Euskadi y la promesa de que las aguas que rodean las islas pasarán a llamarse "aguas canarias". Entonces, varios miembros de la cúpula del Partido Popular ponían el grito en el cielo, porque lo de las aguas era "gravísimo".

Ayer, el discurso conservador sufrió el enésimo giro. Se pasó de acusar a CC de conseguir cesiones de competencias "gravísimas" a "venderse por puro humo". En esa línea se pronunció Mariano Rajoy en el debate presupuestario. Horas después, se rompió el Gobierno en Canarias, aunque el PP apoyará leyes esenciales desde fuera (si no lo hace, el PSOE puede tumbarlas). Zapatero no se resistió y se jactó en el Congreso del "efecto" logrado por sus presupuestos.