El PP dio ayer un paso coherente, aunque desconcertante, con la morrocotuda acusación que formuló el jueves pasado su número dos, María Dolores de Cospedal. Dijo la secretaria general que jueces, fiscales y policías forman parte de un plan urdido por el Gobierno para asfixiar al principal partido de la oposición. Ayer, el vicesecretario de Comunicación popular, Esteban González Pons, avanzó que su partido planea pedir auxilio al Parlamento Europeo para que al menos allí se sepa que en España se pretende "eliminar, aniquilar, tachar y desacreditar" al PP.

El PSOE respondió ayer con un comunicado (el formato de moda del verano) en el que reta al PP a presentar pruebas en los juzgados sobre dichas escuchas ilegales. Si no lo hace de inmediato, dicen, su secretaria general debería dimitir por haber creado este escándalo.

Mientras, González Pons añadió ayer, en su advertencia de que la cuestión llegará a las instituciones de la Unión Europea, que las pruebas se harán públicas en breve y que "hay ya gente" de Interior y Justicia "contando cosas y dando muchas claves" a los dirigentes conservadores.

La mayoría de los populares creen que si De Cospedal, con un cargo relevante en el partido y formación jurídica más que suficiente, se ha atrevido a desvelar que hay pinchazos telefónicos (que habría sufrido ella misma, pero también Federico Trillo y Francisco Camps), es que los hay.

BOTELLA PIDE DENUNCIAR Sin embargo, no hay tanta unanimidad en la forma de hacerle frente a ese supuesto delito: mientras dirigentes como Ana Botella recomiendan ir de inmediato a los tribunales, otros, como el diputado alavés Alfonso Alonso, abogan por que se abra una investigación al respecto, se sobreentiende que interna (en Interior) o auspiciada por la fiscalía. Y Mariano Rajoy, mientras, sigue silente. No obstante, reaparecerá el próximo 18 de agosto, presidiendo un consejo de dirección popular en el que, entre otras cuestiones, se abordará el tema de las escuchas.

Mientras llega ese día, Rajoy prefirió ayer que el mensaje al presidente Zapatero lo cursara González Pons: "Estamos pensando en ir al Parlamento Europeo para que examine la actitud del Gobierno para con la oposición y su utilización de los medios del Estado de derecho para eliminar, aniquilar, tachar y desacreditar políticamente a la alternativa de Gobierno".

TINTE VENEZOLANO No contento con lo dicho, Pons acusó al Ejecutivo de haber respondido al escándalo de los pinchazos con una estrategia de "tinte venezolano". "La respuesta del Gobierno no puede ser mandarnos a la porra. La respuesta debería ser ´muy bien, vamos a abrir una investigación interna´", agregó. Está claro que, este verano, no hay alerta por exceso de calor que logre bajar la disparada tensión política. Y, visto lo visto y leído lo leído, parece que seguirá haciendo bochorno.