Los populares han vuelto a la carga con el asunto de las escuchas telefónicas, esas que tanto daño han hecho a algunos de sus dirigentes a raíz de las grabaciones realizadas en el caso Gürtel. Y han puesto sobre la mesa un proyecto de ley para regular la interceptación de comunicaciones y garantizar su secreto, se use el sistema SITEL o cualquier otro artilugio que pueda ser utilizado en un futuro, según explicó ayer a los periodistas el vicesecretario general de comunicación del PP, Esteban González Pons.

Pons hizo gala de un tono bastante más sosegado que el elegido para reclamar, hace unos meses, una ley para SITEL al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, con quien tuvo algún que otro enfrentamiento sonado. "Ha pasado bastante tiempo como para que las aguas se hayan calmado", recalcó ayer el dirigente popular.

Una de las claves de la propuesta que han registrado los conservadores en el Congreso es pedir que, si un caso necesita de pinchazos teléfonicos, se exija la supervisión de un juez y desaparezcan las escuchas "prejudiciales".