La presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, acusó ayer a sus colegas del sector conservador de politizar la institución. Casas formula este duro reproche en su voto particular contra la recusación del magistrado Pablo Pérez Tremps, solicitada por el PP y aprobada por los seis jueces que conforman la mayoría de derechas.

La presidenta recurre a términos duros para criticar la decisión de los jueces conservadores, a quienes acusa de cambiar la doctrina del tribunal asumiendo una interpretación extensiva de las causas de recusación. De hecho, hasta ahora el TC había rechazado los intentos de recusación. Casas les recrimina, además, que aceptasen las alegaciones del PP, que pidió apartar a Tremps alegando que era partidario del Estatuto catalán porque elaboró un informe sobre el autogobierno antes de impulsar la reforma.

Para Casas, el trabajo del magistrado fue un estudio académico", texto que "nunca es definitivo en sus conclusiones, ya que admite posiciones en contra y queda abierto a su modificación ante argumentos más razonables o mejor justificados".