Gracias al resultado de las elecciones vascas, que han enterrado el plan Ibarretxe al debilitar a la coalición PNV-EA, ha empezado la cuenta atrás para lograr el fin de ETA. Así de rotundo se mostró ayer José Luis Rodríguez Zapatero, que aseguró estar dispuesto a "llegar hasta el final" para alcanzar la paz en el País Vasco.

Antes de participar en un acto con empresarios, el presidente realizó ayer su primer pronunciamiento público sobre los comicios vascos. Interpretó que las urnas han evidenciado "la voluntad de convivir, de dialogar y de entenderse que tienen los vascos". "Ha empezado el tiempo de las soluciones y dejamos atrás la senda de los problemas. Han empezado a correr los plazos para una victoria del diálogo y la unión frente al enfrentamiento en Euskadi, que será también la victoria definitiva de la paz y de la política democrática frente a la violencia", auguró Zapatero, que reconoció tener una "visión optimista y de confianza sobre el futuro de la sociedad vasca".

"En ese camino, para alcanzar esos objetivos, quiero decir que el Gobierno va a llegar hasta el final y con todo su compromiso político", enfatizó Zapatero. Como en enero, cuando prometió realizar todos los "esfuerzos de paz", sus palabras de ayer parecían una apelación a ETA para que dé pasos cuanto antes para abrir un proceso que consiga el abandono de las armas.

Aunque no excluyó ni abonó un Gobierno de coalición con el PNV en Euskadi --sólo dijo que el PSOE tendrá un actitud "abierta y generosa"--, fuentes socialistas apuestan por propiciar mediante una abstención la investidura de Ibarretxe a cambio de que éste constituya una mesa que negocie la reforma del Estatuto.

MANO TENDIDA AL PNV El secretario de organización del PSOE, José Blanco, aseguró horas antes que su partido "tenderá la mano a Ibarretxe" para "superar la crispación", y confirmó que lo hará "sin poner límites al diálogo y a los acuerdos".

Mientras, el PSE ha dicho que hablarán con todos los partidos para buscar apoyos a una investidura de Patxi López como lendakari sólo si Ibarretxe fracasa en lograr una mayoría suficiente.