El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, no comparte el optimismo del lendakari, Juan José Ibarretxe, y teme que el Tribunal Constitucional (TC) prohíba la celebración de la consulta popular. Días después de que el jefe del Ejecutivo vasco se mostrara convencido de que no se frenará su iniciativa, Urkullu expresó que el Constitucional está "politizado" y es "un tribunal de parte", por lo que teme una respuesta negativa a su iniciativa.

Urkullu, como viene anunciando Ibarretxe, se mostró partidario de acudir a las instancias europeas en caso de que finalmente no se pueda acudir a las urnas el próximo 25 de octubre. Sin embargo, matizó que, para "ganar legitimación", primero acatarán la sentencia del TC, porque "hay que respetar, aunque no nos gusten, las reglas del Estado español".

NEGATIVA A LOS PARTIDOS Su tono pesimista se basaba también en la última decisión adoptada por el propio Constitucional, que el jueves negó a los partidos del tripartito vasco, PNV, EA y EB, así como a Aralar, la personación en el recurso contra la ley de consulta. El tribunal estimó que son electos quienes representan a los ciudadanos, y no las fuerzas políticas. Además, negó que su ausencia pueda generar indefensión, porque el Gobierno y el Parlamento vasco están personados en el procedimiento judicial.

Estos cuatro partidos criticaron con dureza la decisión del TC y anunciaron que es hora de acudir a Europa para "poner en evidencia" el déficit democrático del Gobierno socialista.

ANV, EN EL OBJETIVO Por otra parte, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska remitió ayer un escrito al Departamento de Interior vasco para que se pregunte al convocante de la manifestación de hoy en Bilbao, impulsada por la izquierda aberzale, si a su término está prevista la intervención de alguna persona. El tribunal pretende investigar si el orador guarda vinculación con ANV, lo que motivaría la prohibición de la marcha. Mientras Dignidad y Justicia y el Partido Popular exigen que se impida, la fiscalía no ve impedimentos para su celebración, al entender que no hay indicios de que se pretenda enaltecer a la banda terrorista ETA.