La Audiencia Nacional ha absuelto a Oscar Celarain, presunto autor del asesinato del concejal de UPN José Javier Múgica, de colocar un artefacto explosivo en la sede del Instituto Nacional de la Seguridad Social de Zarautz (Guipúzcoa) en el año 2001. El fiscal pedía tres años de prisión.

Así consta en la sentencia notificada ayer por la sección cuarta de la sala de lo penal de este tribunal, que absuelve a Celarain por no poder considerarle responsable de un delito de estragos terroristas.

Los magistrados consideran probado que Celarain y Andoni Otegui Eraso --condenado ya por estos hechos a tres años de prisión, y también supuesto autor del asesinato de Múgica-- formaban parte del comando Argala , que actuaba en Guipúzcoa.

Otegui Eraso, prosiguen, "siguiendo puntualmente las consignas a él dirigidas por la cúpula" de la banda, "decidió perpetrar" el atentado de Zarautz.

De esta forma, sobre las 0.10 horas del 19 de septiembre del 2001, colocó un artefacto con unos dos kilos de explosivo compuesto por nitrato amónico, cuya deflagración causó "cuantiosos" daños en el edificio y en los vehículos aparcados en la zona, aunque "afortunadamente" solo fueron materiales.

El atentado fue reivindicado por ETA el 1 de diciembre del 2001 al diario Le Journal du País Basque-Euskal Erico Caseta , y reproducido por Gara un día después.

Recuerda la sala que, el 26 de noviembre del 2002, se incautó un escrito a los exjefes de la banda Juan Antoni Olarra Guridi y Ainhoa Múgica en el que se mencionaba la fecha y el objetivo de ese atentado.

Posteriormente, el 19 de diciembre de ese año, continúa, se practicó otro registro tras la detención del también dirigente de ETA Ibon Fernández Iradi, Susper, durante el cual se encontraron anotaciones con los detalles de la acción terrorista, como el lugar exacto en el que se colocaría el "tuper con reloj" explosivo "en la esquina de la persiana" del citado edificio.

Celarain y Otegui huyeron en marzo del 2002 a Francia y allí se instalaron en un piso de la localidad de Bagneres de Luchon, donde fueron detenidos en septiembre de ese año.

El tribunal explica que las pruebas presentadas durante el juicio a Otegui Eraso, en junio del pasado año, supusieron un "material idóneo y sobradamente suficiente" para justificar su condena, ya que se demostró que era el autor de los textos manuscritos en los que se precisaban los detalles del atentado.

Precisamente, esta es la "diferencia fundamental" con respecto a Celarain, en cuya vista, que tuvo lugar el 20 de julio, se volvió a probar que su compañero era el autor del texto, y no él.