El presunto yihadista Fouad Bouchihan ha asegurado este lunes en el juicio que acoge la Audiencia Nacional en su contra que no apoya al Estado Islámico y que no tiene "ninguna afinidad" con este grupo terrorista si bien sí que ha admitido una publicación suya relativa al año 2015 en la que llamó héroe al fallecido líder de Al Qaeda, Usama bin Laden, por su condición de "persona religiosa y musulmana".

Durante el interrogatorio al que ha sido sometido en calidad de investigado, Bouchihan ha reconocido que estaba detrás de los perfiles de diferentes redes sociales que se le atribuyen en el escrito de acusación del Ministerio Fiscal y ha repetido en reiteradas ocasiones que no recuerda el contenido del material compartido, gran parte del mismo relativo a la yihad.

Al respecto Bouchihan ha defendido que entraba en páginas radicales solo para informarse pero que no comparte su mensaje, versión mantenida también en esta primera sesión de vista oral por el otro acusado Ilyass Chentouf quien ha dicho que el Daesh es una "herramienta para manchar la imagen de los musulmanes". Ambos son de nacionalidad marroquí y se enfrentan a una petición de cárcel de la Fiscalía de siete años por el delito de integración en organización terrorista.

A preguntas de la fiscal del caso, María Antonia Sanz, Chentouf, que contaba con 19 años en el momento de su detención, ha afirmado que asume la idea del "martirio" porque "si en España un policía puede dar la vida por su país" ellos también puede hacer lo propio por Alá, "pero no como piensa la gente para matar inocentes", ha apostillado.

"DISTINTAS FORMAS DE LA YIHAD"

Al respecto ha respondido en varias ocasiones que hay distintas formas de yihad; la escrita en el Corán y la que "se ve ahora que no tiene nada que ver con el Islam" pues es un "negocio" en el que se mezcla la política, según su versión. "El 90% de las víctimas del Daesh somos nosotros, los musulmanes", ha insistido.

Tanto, Bouchihan como Chentouf fueron arrestados en un operativo desarrollado en noviembre de 2016 en sus respectivos domicilios de Roda de Ter (Barcelona) y Madrid. Entre el material incautado en la operación, se encontraron terminales móviles con cánticos islámicos, sermones de líderes religiosos radicales, fotos con la bandera del Estado Islámico y de muyahidines muertos en combate.

En el caso de Bouchihan los investigadores intervinieron vídeos en los que se hacía un expreso llamamiento a la batalla con leyendas tales como 'Si te encuentras con un francés, un australiano, mátalos de cualquier manera, no se lo consultes a nadie' así como un vídeo en el que aparece enseñándole a su hijo pequeño la señal del Tawhid (dedo índice señalando al cielo) mientras mira las indicaciones del padre.

"El pequeño no sabe nada", ha dicho el acusado aunque ha reconocido que a su hijo le enseñó a decir que 'Alá es grande', y no ha negado lo relativo al saludo de la yihad. Sobre el machete incautado en su domicilio durante el registro ha especificado que ya estaba allí cuando se fueron a vivir al lugar.

LOS DOS NO SE CONOCEN

El abogado de Chentouf, por su parte, le ha preguntado si había bombas en su domicilio a lo que él ha respondido que no tenía "ni un cuchillo de patatas". Sí ha denunciado que fue golpeado en la cabeza por los agentes durante el registro de la casa y que consta en un parte médico.

Los dos han defendido que no se conocen de nada y que no tenían ninguna intención de viajar a Siria a combatir a pesar del alto grado de radicalización que denuncia el Ministerio Fiscal en su escrito provisional. Sobre este punto, Bouchihan ha dicho que es cierto que tenía 4.000 euros en su casa pero ha descartado que fuera para realizar ningún viaje ya que, por el contrario, provienen de su salario laboral.

Tras su interrogatorio, ha declarado en calidad de testigo el agente de Policía Nacional responsable de la investigación, que ha ratificado en el informe elaborado. "Consideramos que estaban lo suficientemente radicalizados y que el nivel alcanzado era importante", ha dicho el agente, que ha insistido en que no hubo "ningún género de dudas" de que el material que compartían en sus perfiles era "iconografía propia" del Estado Islámico.