Ahmed Liazid, máximo representante de la comunidad musulmana ceutí e imán de la mezquita de Sidi Embarek, la más grande de la ciudad, condenó ayer el radicalismo en las mezquitas y lanzó un aviso a la población. "En Ceuta no se puede jugar con fuego", advirtió. Liazid admitió que conocía desde hacía tiempo "especulaciones" sobre grupos como el de los 11 presuntos terroristas islamistas detenidos el martes.

Algunos presidentes de asociaciones islámicas ceutís afirman que todas las mezquitas están controladas. Y añadieron que era sabido que la mezquita de Atatwa, donde se reunían los detenidos, "dio un giro de 180 grados cuando cambió de nombre".

Mientras, la policía ha dicho al juez Baltasar Garzón que no tiene medios para filmar a los detenidos durante su incomunicación.