El encuentro de Valencia, la tercera edición, que sigue a las del 2004 en Madrid y 2005 en Bogotá (Colombia), reúne a víctimas de diversas partes del mundo. Aunque la gran mayoría son damnificados de ETA (235), ayer se pudieron oír en el Palacio de Congresos voces de Colombia, Irlanda, EEUU, Reino Unido, Rusia e Israel. Son representantes de conflictos como el del Ulster u Oriente Próximo y de los atentados más sangrientos de Occidente, el 11-S de Nueva York, el 7-J de Londres o del asalto a la escuela de Beslán, en la república rusa de Osetia del Norte. Hoy les toca el turno a las víctimas del 11-M de Madrid, entre las que estará Pilar Manjón.

A todos ellos iban dirigidas las palabras de aliento del príncipe de Asturias, que acudió al acto acompañado de Letizia, y que garantizó a los presentes que "nunca estarán solos". "Siempre estaremos a vuestro lado. En el dolor y en la esperanza", aseguró Felipe durante la inauguración.

CONTRA LA DIALOGO La carga de profundidad del PP, saltándose su papel institucional, la puso la alcaldesa de Valencia, Rita Barber , que cargó contra "la errónea idea de que a través de la negociación se va a conseguir el fin del terror". Barber atacó también "la irracionalidad de contentar a quienes no han dejado las armas", una alusión a las presuntas concesiones de Zapatero a los etarras.

El presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps (PP), transmitió a las víctimas "la solidaridad, el respeto y el afecto de los valencianos". Una línea que sigue el manifiesto del congreso al pedir "un compromiso activo de los gobiernos" en la "ayuda y la protección de las víctimas". En la sesión de hoy intervendrá el Alto Comisionado, Gregorio Peces-Barba, y se espera al ministro del Interior, José Antonio Alonso.