El príncipe de Asturias se desplazó ayer por sorpresa a Afganistán para trasladar el apoyo de la Corona a los militares españoles que, en condiciones muy duras, trabajan por el mantenimiento de la paz y la estabilidad en uno de los países más pobres del mundo. El Heredero reconoció a los miembros de las Fuerzas Armadas que era una visita "pendiente desde hace tiempo" y les trasladó el "orgullo y afecto" de la sociedad y del Rey por su misión. Asimismo, se interesó por el ataque que el domingo sufrió una patrulla, que se vio forzada a responder y acabar con la vida de seis insurgentes.

"Quiero que sepáis que como príncipe heredero y como militar me siento hoy más que nunca unido a vosotros", afirmó Felipe de Borbón antes de brindar con los soldados por España y el Rey. La última vez que tanto Felipe como su padre visitaron un contingente español en el exterior, concretamente en Kosovo, fue hace seis años.

Felipe, que visitó en un día las bases de Qala-e-Naw y Herat, en Afganistán, y el destacamento aéreo de Manás, en Kirgizistán, tuvo una calurosa acogida. En la base de Herat rindió homenaje a los 85 militares que han perdido la vida en el país asiático y tuvo un recuerdo especial para el fallecido hace tres días en un accidente en el Líbano.