El Gobierno está decidido a convertir en inexpugnables las vallas que rodean las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y no escatimará medios para lograrlo con urgencia. La medida más espectacular será la instalación por delante de las vallas exteriores de una protección especial en forma de red que impedirá acercarse y, por tanto, la colocación de escaleras, el instrumento que emplean ahora los inmigrantes irregulares para efectuar los asaltos masivos.

El titular del Interior, José Antonio Alonso, que anunció las nuevas medidas tras el Consejo de Ministros que ayer las aprobó, precisó sólo que el nuevo sistema será "una especie de red", pero no quiso dar "pistas a las mafias". La red o malla protectora sustituirá, en cualquier caso, al alambre de espinos que en algunos tramos está por delante de las vallas y también corona la parte superior. "No sólo no es eficaz para evitar los asaltos, sino que es el origen de la mayor parte de las heridas" que sufren los subsaharianos, justificó el titular de Interior.

La otra medida adicional aprobada ayer consistirá en doblar la altura de las vallas exteriores de ambas ciudades autónomas, que pasarán de tener tres metros a tener seis. Hasta ahora se estaba procediendo a elevar sólo hasta esos seis metros las vallas interiores, pero el Gobierno español ha acordado ahora que las dos tengan la misma altura final.

Las reformas se acometerán con tanta urgencia que el ministro cree que podrían estar concluidas a finales de año, aunque ayer no se atrevió a darlo por seguro. El plan de refuerzo incluye, como ya había avanzado Interior en días anteriores, la instalación de sensores exteriores de movimiento y la extensión de las cámaras de infrarrojos en todo el perímetro. "Traspasar la frontera es algo ilegal y el Gobierno no va a consentirlo", argumentó Alonso, que también anunció el refuerzo de las medidas de acogida para los inmigrantes que consiguen alcanzar el otro lado.

El Consejo de Ministros acordó destinar tres millones de euros a estas actuaciones, que incluyen desde un aumento de los medios sanitarios a una mejora de los centros de estancia temporal de inmigrantes (CETI), donde se alojan los recién llegados.

La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, explicó que "se trata de abordar el problema desde la doble vertiente de la legalidad y las medidas humanitarias, garantizando condiciones dignas a los inmigrantes que han conseguido acceder a nuestro país". El CETI de Melilla está tan saturado que muchos inmigrantes se han alojado en tiendas de campaña del Ejército.

La presencia de soldados en funciona de vigilancia y control fronterizo en las dos ciudades se mantendrá "de modo indefinido", aseguró ayer el ministro del Interior, José Antonio Alonso.