El Gobierno español trasladó ayer su protesta al Ejecutivo británico tras anunciarse que el submarino nuclear Tireless llegará a Gibraltar mañana. El ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, aseguró en Barcelona que "toma nota" del acto "poco amistoso" del Reino Unido, cuyo embajador en Madrid, Stephen Wright, fue convocado en el palacio de Santa Cruz, por segunda vez esta semana.

El nuevo incidente en las relaciones bilaterales tiene lugar apenas unos días después de que el Gobierno español mostrara su malestar por la visita de la princesa Ana de Inglaterra al Peñón, en el tricentenario de la ocupación británica. En la última legislatura del PP, el Tireless permaneció casi un año fondeado en Gibraltar por una avería en su reactor, lo que desencadenó un fuerte movimiento de protesta de la oposición.

Ayer, Moratinos dejó claro que el actual Ejecutivo considera la actitud británica "inaceptable y poco amistosa", y advirtió de que "la serie poco afortunada de actitudes" del Reino Unido a propósito de Gibraltar "va a tener su impacto en el desarrollo normal de las relaciones entre Gran Bretaña y España".