Cuando el lendakari Juan José Ibarretxe se preguntó si los gobiernos de Madrid y Vitoria iban a acabar "a tortas" no podía sospechar que los primeros en hacerlo iban a ser los empresarios vascos. Ayer, en Madrid, el socialista Patxi López logró una pírrica victoria: forzó un pronunciamiento público contra el plan Ibarretxe del presidente del empresariado vasco, que fue desautorizado después por las patronales de Vizcaya y Guipúzcoa.

En el Foro Nueva Economía, el candidato socialista a lendakari opinó que, más que los dirigentes políticos vascos, deberían ser los agentes sociales quienes alertaran de que el plan Ibarretxe tendría funestas consecuencias económicas para Euskadi.

EL PRONUNCIAMIENTO DEL 2002 Al instante, "por alusiones", solicitó la palabra Román Knörr, presidente de la Confederación de Empresarios Vascos (Confebask), para responder que sigue "absolutamente vigente" la declaración "crítica" con el plan Ibarretxe que esta patronal difundió en el 2002, cuando lo aprobó el Gobierno vasco. A este rechazo se sumó ayer Claudio Boada, presidente de Círculo de Empresarios, quien recordó que su federación vasca, minoritaria, también ha criticado el plan del lendakari.

La patronal guipuzcoana Adegi y la vizcaína Cebek, asociadas a Confebask, se apresuraron a desmarcarse de las palabras de Knörr, que estimaron pronunciadas "a título personal". Cebek admitió que sus afiliados tienen "sensibilidades diversas" y que Confebask ha decidido "no adoptar ningún posicionamiento público".