Los socialistas catalanes aprobaron ayer durante su congreso dejar en manos de la ejecutiva que surja de este cónclave la decisión de si, en el futuro, el partido debe disponer de un grupo propio en el Congreso de los Diputados. Dos enmiendas que pedían una articulación parlamentaria independiente no llegaron al pleno.

La enmienda que prosperó señala que la ejecutiva "establecerá en cada momento la articulación parlamentaria adecuada" para los objetivos del partido.

El texto resalta a su vez que "Cataluña tiene en el nuevo Gobierno español un amigo" y que el compromiso del PSC con el proyecto de Rodríguez Zapatero será el "elemento central y definitorio de la alianza entre la España progresista y Cataluña".

La dirección del PSC logra así aparcar uno de los puntos de fricción que había mantenido con el PSOE, y entre el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall y el secretario general del partido, José Montilla.

Por otro lado, el cónclave socialista también aprobó reclamar el en el referendo que se celebrará sobre el proyecto de Constitución europea. Los delegados socialistas apoyaron el texto, que contó como defensor estrella con el presidente del Parlamento europeo, Josep Borrell, que ensalzó el proyecto pese a admitir que no es perfecto.