Las cúpulas del PSC y del PSOE, conscientes de que las elecciones generales están demasiado cerca como para hacerle más regalos al PP, intentaron ayer echar tierra sobre sus discrepancias públicas generadas por el caso Carod. Los dos partidos consideran que no pueden ofrecer el espectáculo de su enfrentamiento como añadido a la mala imagen que les ha supuesto la revelación de los contactos del exconseller en cap con responsables de ETA.

En esta línea, José Montilla, primer secretario del PSC, aseguró que "nunca se ha cuestionado" la relación de su partido con el PSOE. Al mismo tiempo, fuentes del equipo de Zapatero, en lo que puede ser interpretado como un exceso de optimismo, indicaron que, pese a las tensiones de los últimos días a cuenta de la destitución del conseller en cap, las relaciones entre los dos partidos "pasan por el mejor momento de su historia".

"En ningún momento", aseguraron fuentes del entorno de Zapatero, el secretario general del PSOE se planteó romper las "tradicionales relaciones" con el PSC. "Tampoco hubo presiones ni amenazas", indicaron, para resaltar después la "amistad personal" que une al líder del PSOE tanto con el presidente catalán como con el primer secretario del PSC.

Más gestos de buena voluntad: la próxima semana el líder del PSOE visitará Barcelona para reunirse con jóvenes empresarios.