Aocho meses de las elecciones generales, José Luis Rodríguez Zapatero tiene un nuevo argumento para alardear, como tiene a gala, de optimismo antropológico. El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), divulgado ayer, revela que el PSOE sigue ensanchando su ventaja electoral sobre el PP y que ganaría por 3,5 puntos si se celebrasen hoy los comicios. Además, confirma al presidente del Gobierno como el dirigente político mejor valorado --con un 5,01--, mientras que el líder conservador, Mariano Rajoy, permanece en el cuarto puesto, tras Gaspar Llamazares (IU) y Josep Antoni Duran (CiU).

Son datos positivos para Zapatero, pero no suficientes para que se duerma en los laureles. El PSOE ya no tiene el aliento del PP en la nuca, como ocurría en las encuestas del CIS elaboradas en los momentos más candentes del debate del Estatuto catalán. Sin embargo, la ventaja de los socialistas sobre los populares sigue por debajo de los 4,8 puntos que lograron en las elecciones generales del 2004. Y muy por debajo de los hasta 10,4 puntos de diferencia que lograron al mes de llegar a la Moncloa.

FIN DE LA TREGUA Desde el anterior barómetro, a finales de abril, hasta el actual, elaborado entre el 6 y el 18 de julio, han sucedido acontecimientos notables. ETA declaró el fin oficial de la tregua, haciendo trizas el proyecto más ambicioso de la legislatura para Zapatero. El temor a un atentado ha ido en aumento, hasta el punto de situar de nuevo al terrorismo en el primer lugar de preocupación de los españoles. Sin embargo, ETA no ha cometido aún el primer asesinato tras la ruptura de la tregua.

También se ha celebrado en este tiempo el último debate de la legislatura sobre el estado de la nación, que ganó el presidente del Gobierno. Seguidamente, para mantener el pulso político, Zapatero procedió a una remodelación del Ejecutivo y trascendió el fichaje del exministro José Bono para la próxima cita electoral. Y antes de todo, se celebraron las elecciones municipales y autonómicas, que dieron la victoria al PP en número de votos y al PSOE en poder territorial.

Entretanto, la economía ha seguido su curso boyante, si bien el paro y el difícil acceso a la vivienda son las grandes preocupaciones de los ciudadanos tras el terrorismo. En este escenario, el PSOE ha aumentado cinco décimas su ventaja sobre el PP respecto a abril. La confianza en Zapatero crece un poco y casi duplica la que sienten por Rajoy.