El secretario general del Grupo Parlamentario del PSOE, Diego López Garrido, declaró ayer que el no de ERC al Estatuto catalán es "táctico" y que el partido de Josep Lluís Carod-Rovira "deberá administrar" las consecuencias de ese rechazo al proyecto que sí apoyan los otros dos socios del tripartito catalán (PSC e ICV) y los nacionalistas de CiU.

López Garrido dijo no estar sorprendido por la decisión de ERC, pero recordó que los republicanos están votando "la inmensa mayoría del proyecto" en la comisión constitucional del Congreso. Más duro fue el líder de IU, Gaspar Llamazares, que consideró que ERC se ha "precipitado y equivocado" porque se puede mantener una actitud exigente "pero al mismo tiempo valorar lo conseguido". Ajena a todas estas críticas, la dirección de ERC prometió ayer "no aflojar ni doblegarse" en el camino que aún le queda por recorrer a la Carta autonómica antes del referendo. En el acto de conmemoración del 75º aniversario de la fundación del partido, Josep Lluís Carod-Rovira y Joan Puigcercós proclamaron que no sucumbirán a las presiones para aceptar lo que consideran un mal Estatuto. El presidente de ERC destacó que "en 75 años de historia, los únicos gestos reales de soberanía" que ha habido en Cataluña los han protagonizado "gente de Esquerra".

LA CULPA, DE ZAPATERO El consejero de Gobernación de la Generalitat de Cataluña, el republicano Joan Carretero, saltó ayer a la arena del debate para censurar la actitud del presidente del Gobierno. En una entrevista a La Vanguardia , Carretero culpa de lo que considera "el inmenso desastre" del Estatuto a José Luis Rodríguez Zapatero y al pacto que suscribió con CiU. "Esperaba que fuera un españolista inteligente y sólo ha sido un españolista demagogo", asevera Carretero, para agregar que Zapatero "enredó al personal diciendo que daría apoyo y aprobaría el Estatut que saliera del Parlamento".