El PSOE salió ayer al paso de lo que se aventuraba como un conflicto diplomático de primer orden y desautorizó a los dos diputados de su grupo en el Congreso que tienen previsto entrevistarse en los próximos días con representantes del movimiento palestino Hamás, pese a estar considerado por la UE y EEUU como una organización terrorista. Uno de los dos parlamentarios, Fátima Aburto, aseguró el pasado lunes que contaba con el apoyo de su partido, lo que obligó a la secretaria de Política Internacional y Cooperación de los socialistas, Elena Valenciano, a desmentirla públicamente.

Valenciano indicó que ningún integrante del grupo parlamentario del PSOE tiene "permiso" para reunirse con el partido que gobierna la franja de Gaza. "El PSOE no habla con Hamás", dijo. "Ni tampoco reconoce a este movimiento como interlocutor", añadió. Aburto y el diputado del PSC Jordi Pedret forman parte de una delegación de políticos y activistas de los Derechos Humanos que visitarán a partir de mañana y hasta el 8 de octubre a los refugiados palestinos e iraquís en Líbano y Siria.

La agenda del viaje incluye entrevistas con los partidos libaneses con representación parlamentaria y con representantes de las facciones palestinas Al Fatá, Hamás y el Frente Popular para la Liberación de Palestina.

La delegación española cuenta, además, con representantes del ayuntamiento de Leganés, dirigido por el socialista Rafael Gómez; el diputado de IU en la Asamblea de Madrid, Juan Ramón Sanz, y dos representantes de ICV.

Pese a que el PSOE no veta el viaje de sus diputados, sí ha querido desmarcarse de forma clara de las reuniones para evitar cualquier vinculación con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero que podría desencadenar una crisis diplomática con Israel, el Gobierno de Barack Obama y los socios europeos.