Darle la vuelta a las encuestas. Cambiar la percepción de los ciudadanos sobre el Gobierno y las medidas que está aplicando. Pero, sobre todo, borrar de la opinión pública la suposición de que si la situación económica no mejora ganará inexorablemente el PP. Ese es el objetivo que se plantean los socialistas, aprovechando el impulso del pacto presupuestario alcanzado con el PNV y Coalición Canaria --que les da oxígeno para agotar la legislatura-- y, especialmente, de la reforma del Gobierno, que ha generado euforia entre sus militantes y ha movilizado a parte de su electorado.

La meta no es fácil de alcanzar, pero el propio José Luis Rodríguez Zapatero lo dejó claro el pasado lunes en la ejecutiva de su partido y un día después en el consejo territorial ante los barones autonómicos: el pacto presupuestario y los nombramientos en el Ejecutivo y en el partido marcan el principio de un cambio de tendencia. Y lo importante ahora es mantenerlo para llegar a las elecciones de mayo del 2011 y a las generales del 2012 con mejores expectativas. Es lo que algunos dirigentes del PSOE han definido como "el inicio de la remontada".

AGUA DE MAYO De hecho, el entusiasmo con que se acogió la reforma gubernamental entre la militancia conllevó también una reactivación del electorado socialista, algo que recogen algunas encuestas manejadas por el partido, según admiten varios dirigentes. Aunque no desvelan sus datos, sí señalan que lo que más optimismo ha producido es el sondeo publicado el 7 de noviembre por El País, que recortaba en más de cinco puntos su distancia con el PP pero, sobre todo, reflejaba algo que los socialistas entienden como un cambio de tendencia. El 49% de los encuestados creían que el PSOE puede recuperarse e incluso ganar en el 2012, y el 42% prefería un triunfo socialista que del PP en las generales.

Ese nuevo ánimo manifestado por sus seguidores es la base sobre la que los dirigentes de Ferraz van a trabajar, intentando que el entusiasmo recuperado de sus militantes y votantes se intensifique. Para ello, han empezado a dinamizar políticas contra el paro y, sobre todo, a tratar de convencer a los desempleados de que son sensibles a sus problemas. A eso están dirigiendo sus últimos mensajes y las propuestas para reorientar las políticas activas de empleo, las de igualdad y la conciliación de la vida familiar y laboral, que Zapatero explicará este jueves en el Congreso.

Pero lo más importante, a juicio de los socialistas, es cambiar la percepción de la sociedad sobre la inevitabilidad de una victoria del PP si en el 2012 no se ha superado la crisis. Los propios socialistas han contribuido a que se instale esa opinión entre los electores al vincular la recuperación económica con sus expectativas. Pero son conscientes de que, por bien que vaya la economía, la crisis será larga y difícilmente se llegará al 2012 con índices de crecimiento y de creación de empleo reseñables. Uno de los dirigentes consultados explicaba que ahora hay que hacer "pedagogía de verdad": explicar a la sociedad la cruda realidad y aprovechar el nuevo impulso comunicador para convencer a los ciudadanos de que, en una situación tan crítica y pese a las exigencias de los mercados, el Ejecutivo no abandona las políticas sociales. Todo lo contrario de lo que haría el PP, como ocurre ya en el Reino Unido.

EL ´CASO CAMERON´ El ejemplo de los drásticos recortes aplicados por el primer ministro británico, David Cameron, les servirá para mostrar las diferencias entre las políticas socialdemócratas y las conservadoras y también para intentar obligar al líder del PP, Mariano Rajoy, a que explique su programa.