Auno lo pasean; al otro, lo esconden. El PSOE, con el beneplácito de José Luis Rodríguez Zapatero, ha decidido tirar de Felipe González como uno de sus principales reclamos electorales para el 9-M. El expresidente del Gobierno tiene previsto participar en 10 mitines de campaña, que se suman a los ocho que ya ha protagonizado en precampaña. Por contra, José María Aznar solo tiene tres actos en agenda --Oviedo, Madrid y Murcia--, pero no por petición de la dirección del PP, sino porque se lo han requerido las respectivas organizaciones locales.

González, que acudirá hoy a sendos mítines en A Coruña y Lugo, entrará mañana en campaña con un acto en Cáceres. Al día siguiente estará en Tarragona. El 28 y 29 de febrero pasará por Málaga y Cádiz. El primero de marzo hará doblete en Valladolid y Madrid. Los dos días siguientes acudirá a Logroño y Santander. El día 5 subirá a Bilbao y cerrará la campaña en su natal Sevilla el día 7. Es muy probable que a esta frenética actividad se sume un acto más, según fuentes socialistas.

SIN COINCIDENCIAS Salvo cambios de última hora, González no coincidirá de nuevo con Zapatero en ningún otro mitin como el del pasado 16 de febrero en L´Hospitalet (Barcelona). Tampoco se prevé que Aznar comparta actos con Rajoy, cuyo mensaje de "mirar al futuro" deja poco espacio de actuación a su mentor político. El expresidente del PP estará en Asturias el 28 de febrero; en Madrid, el 1 de marzo; y en Murcia, el día 4.

A dos semanas de las elecciones, con unas encuestas que pronostican un resultado muy ajustado, la dirección del PSOE confía en que el carisma y la oratoria de González animen a las masas. Los socialistas son conscientes de que una participación baja en las elecciones les puede costar muy caro.

A su vez, Mariano Rajoy prefiere que Aznar se mantenga en un segundo plano, porque una presencia demasiado activa del expresidente conservador puede contribuir a caldear el ambiente y movilizar al electorado rival. Además, la imagen de Aznar puede resultar contraproducente en un momento en el que Rajoy se esfuerza por transmitir una imagen de moderación.

González, que desde hace años mantenía una actitud distante hacia la política activa, ha sorprendido al partido por el entusiasmo con que ha acometido su misión. Desde la cúpula socialista lo han animado incluso a prodigarse en los medios de comunicación. Ayer, en declaraciones a la SER, calificó de "revival" la "combinación de generales opinando de política y obispos opinando de política". Además, pidió una derecha "moderna" donde "quepan Josep Piqué o Alberto Ruiz-Gallardón".