Tras muchas piruetas y negociaciones en los últimos plenos para evitar una derrota, finalmente ayer el PSOE no pudo evitar lo que se veía venir: quedar en minoría en el Congreso debido a su falta de apoyos políticos estables por parte de otros grupos.

El PNV, que a la vista de la inminente pérdida del Gobierno vasco, ha decidido pasar del apoyo al PSOE a una oposición frontal, consiguió ayer el respaldo del PP y de otros partidos como CiU, ERC y BNG para aprobar una moción en la que se pide "la reducción de la estructura actual del Gobierno en, al menos, un ministerio" como muestra de austeridad y modernización de la Administración general del Estado.

Además, el PP, aceptando una enmienda de CiU, consiguió que el PSOE se viera forzado a apoyar, para no perderla también, una moción en la que se reclama fortalecer la coordinación entre fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y las policías autonómicas "para evitar en el futuro errores en la política de seguridad".

Esa situación de falta de apoyos y de falta de confianza por parte del resto de grupos se repitió en el Senado, en la sesión de control del presidente del Gobierno.