Contra todo pronóstico se abre una grieta en la que se cuelan otros asuntosmás allá de la crisis catalana en la sesión de control al Gobierno. El PSOE y Unidos Podemos han buscado poner a Mariano Rajoy contra las cuerdas por la corrupción del PP, con suerte desigual, en el pleno del Congreso de los Diputados.

El discurso más corrosivo ha sido el del líder podemista, Pablo Iglesias, que ha azuzado a Rajoy a cuenta de la corrupción y las declaraciones del inspector jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) que le señaló “indiciariamente” como receptor de los cobros ilegales de la caja b del PP. “¿Sabe cómo llaman a los miembros de las organizaciones delictivas, señor Rajoy? Delincuentes”, le ha espetado Iglesias.

Por toda respuesta, el presidente del Gobierno ha pasado al ataque. Ha ironizado con los malos resultados que las encuestas auguran a Podemos y ha acusado al líder morado de estar “obsesionado” con derrocarle. “Esta forma de hacer oposición no le funciona. Cada vez que viene tiene menos votos. Acabarán poniéndole a usted la moción de censura. Y lo peor es que puede prosperar después de cómo a actuado en Catalunya. Consejos vendo que para mí no tengo”, se ha burlado Rajoy.

Tolerancia cero

La portavoz socialista, Margarita Robles, ha acusado al presidente del Gobierno de legitimar las irregularidades de grandes empresas con la aprobación de la amnistía fiscal que luego tumbó el Tribunal Constitucional. “Ustedes legitimaron el fraude fiscal, lo dice el Tribunal Constitucional, y luego estaban implicados ustedes en casos de corrupción”, ha reprochado Robles, que ha recordado a Rajoy que el Ejecutivo tenía previsto recaudar 8.000 millones euros y se quedó en 1.200 millones. Robles ha indicado que las arcas del Estado están dejando de ingresar 26.000 millones por fraude fiscal y ha exigido al jefe del Gobierno “tolerancia cero”.

Rajoy, entre la confusión y la sorna, ha recomendado a Robles que pase sus datos al ministro de Hacienda, que seguro serán bienvenidos y ha subrayado que la lucha contra el fraude es una prioridad de su Gobierno.