El PSOE y el PP coincidieron ayer en buena parte de las enmiendas que presentaron al proyecto de Estatuto catalán, si bien el partido del Gobierno las formalizó al mismo tiempo que pedía tomárselas como una base para seguir negociando. Los populares, en cambio, incidieron en la inconstitucionalidad del proyecto catalán, y por eso sus correcciones eliminan por completo tres capítulos del Estatut, además del preámbulo. Ambos partidos proponen eliminar la definición de Cataluña como nación y suprimen el blindaje de las competencias exclusivas de la Generalitat catalana.

Los socialistas agruparon sus enmiendas al proyecto catalán en 15 apartados temáticos. Los populares concretaron en 72 sus correcciones. Los primeros las tenían listas a las seis de la tarde. Los seguidores de Mariano Rajoy las llevaron al registro del Congreso apenas 15 minutos antes de que cerrara, a las 19.45.

El PP dejó clara su intención de desmontar el Estatut enmendando el propio título del proyecto, llamado Propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Y para el que el PP prefiere la alternativa "propuesta de reforma de la ley orgánica 4/1979, de 18 de diciembre, de Estatuto de Autonomía de Cataluña".

"SUPLANTAR LA SOBERANIA" Ya metidos en materia, los conservadores proponen suprimir el preámbulo y el título I, que establecen los derechos y deberes de los catalanes, la definición de Cataluña dentro del Estado y el uso del idioma. También piden eliminar todo el título referido al poder judicial y el capítulo completo de financiación autonómica. En los otros, las enmiendas van casi siempre encaminadas a desmontar cualquier intento de colocar a Cataluña al mismo nivel que el Estado.

En su escrito, el PP argumenta que la propuesta del Parlamento catalán nació con el "ánimo de suplantar la voluntad soberana del pueblo español" para implantar un "modelo de Estado esencialmente distinto al que aprobaron los españoles en la Constitución de 1978".

El recorte del PSOE también es importante, aunque el portavoz parlamentario socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, insistió en la vocación pactista de su grupo. Por eso desde el principio, reconoce la "identidad nacional" de Cataluña y deja la puerta abierta a encontrar una fórmula distinta de "nación" que satisfaga a sus aliados parlamentarios.

En el capítulo de financiación, las enmiendas aparentan que no hubiera avanzado nada la negociación esta semana, pues recuperan la propuesta realizada por el ministro de Economía, Pedro Solbes, que ya ha sido rechazada con rotundidad por ERC, CiU e incluso el consejero catalán de Economía, el socialista Antoni Castells. También en este apartado, sin embargo, el PSOE hace ostentación de su voluntad de llegar a un acuerdo.

En Barcelona, Mariano Rajoy consideró que el Estatuto vigente sólo precisa de un ligero cambio de peinado, una actualización limitada que no modifique su espíritu y ataje el "intervencionismo" del nuevo texto propuesto. Si por el líder del PP fuera, el nuevo Estatuto sería "el de 1979 con 20 artículos más". Además, Rajoy opina que el Gobierno de la Generalitat debe regular un mínimo de servicios públicos, como la sanidad y la educación. Lo resumió así: "La Generalitat está para hacer carreteras y poco más". Toda una declaración de principios.

OFERTA FORMAL Rajoy ofreció "formalmente" al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, un pacto para "salir de este lío", reclamó que "no se excluya" a los populares de la negociación y se mostró dispuesto a debatir con todos los partidos, aunque consideró "muy difícil" entenderse con ERC.