Borrón y cuenta nueva. Formalmente, el PSOE y el PP orillaron ayer sus disputas para reforzar el pacto antiterrorista y ratificar su vigencia. Tras 14 meses de desencuentros, socialistas y populares celebraron una agria reunión a puerta cerrada y, por primera vez, en presencia del jefe del Ejecutivo. Más de una hora duraron los mutuos reproches por los atentados del 11-M y el caso Carod, pero al final prosperó la propuesta de José Luis Rodríguez Zapatero: arrinconar las diferencias y reunirse más a menudo, al menos dos veces al año.

La tensión existente entre los firmantes del pacto antiterrorista se reflejó incluso en el protocolo, pues rompieron la tradición de comparecer conjuntamente tras el encuentro. Y eso que Zapatero abrió la sesión subrayando su apuesta por reforzar el consenso antiterrorista PP-PSOE, ampliándolo al tiempo a las demás fuerzas parlamentarias. La comisión de secretos oficiales, que se elige hoy en el Congreso, será el foro en el que el Gobierno comparta estrategias antiterroristas con todos los grupos, según confirmó el presidente en la sesión de control que se celebró por la tarde.

Zapatero aprovechó para anunciar que el ministro del Interior, José Antonio Alonso, pedirá hoy mismo comparecer ante esa comisión para detallar la situación de la lucha contra ETA y contra el terrorismo islamista.

EXPLICACIONES DE ALONSO Mariano Rajoy, que compareció por parte del PP tras la reunión, se dio por satisfecho con las "explicaciones" recibidas de Alonso sobre su declaración en la que achacó "imprevisión política" al Gobierno del PP ante el atentado del 11-M. Según Rajoy, Alonso aseguró que sus palabras "no suponían la imputación de responsabilidad al Gobierno anterior", lo que bastó al PP para pasar página a la disputa.

Como contrapartida, los socialistas reprocharon al PP sus declaraciones contra el PSOE durante la crisis provocada por la entrevista de Josep Lluís Carod-Rovira con la cúpula de ETA. Y también se conformaron con la promesa de los populares de que respetarán el principio del pacto antiterrorista que prohíbe utilizar políticamente el terrorismo, según relató el portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Tras la riña, los reunidos escucharon el informe del titular de Interior sobre la situación de la lucha contra el terrorismo islamista antes de la masacre del 11-M, y el esbozo de una serie de medidas que prepara el Gobierno para mejorar la eficacia en ese campo. Además de distender la relación, los presentes en la reunión acordaron oponerse política y jurídicamente a que prospere la candidatura europea de Batasuna, "disfrazada" bajo la denominación de Herritarren Zerrenda (HZ).