Con toda la persuasión necesaria y con el compromiso de llegar en las próximas semanas a un acuerdo satisfactorio sobre el modelo de financiación, el PSOE trata de impedir a contra reloj la comparecencia de José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso para dar cuentas del incumplimiento del Estatuto catalán, que fijaba para el pasado 9 de agosto un principio de acuerdo que no llegó.

Las presiones de los socialistas se dirigen hacia el grupo en el que están integradas IU, ICV y ERC, para que el diputado de ICV, Joan Herrera, retire su petición en la Diputación Permanente del Congreso, que debatirá mañana si Zapatero debe explicarse en un pleno extraordinario. Herrera fue quien formalizó la propuesta la pasada semana, secundado por IU y Esquerra Republicana. Pero el resto de grupos parlamentarios, incluido el PP, tienen intención de suscribirla para forzar a Zapatero a concretar qué modelo de financiación quiere impulsar para el conjunto de las autonomías.

Ante esta situación, en la que Zapatero quedaría en franca minoría y demostraría una soledad preocupante a pocos meses del debate sobre los presupuestos del 2009, el grupo parlamentario socialista buscaba ayer un compromiso con ICV que deje a las dos fuerzas políticas en una situación honorable y que justifique la retirada de la petición de comparecencia.

EL COMPROMISO Herrera mantenía su posición firme, pero abierto al acuerdo con el grupo del PSOE, que dirigen José Antonio Alonso y Ramon Jáuregui. El resto de grupos, con CiU a la cabeza, insistían en que votarán a favor. En el acuerdo se podría incluir un compromiso del Gobierno para desbloquear, cuanto antes, la negociación bilateral con la Generalitat para cumplir el modelo de financiación fijado en el Estatut y para desarrollar su contenido, sin descartar una comparecencia de Zapatero en el Congreso más adelante.

Fuentes del grupo parlamentario socialista aseguraron que trabajan para ganar la votación, llegando a acuerdos con los grupos políticos. Una comparecencia de Zapatero para debatir únicamente sobre el modelo de financiación autonómica sería un regalo para el PP, que busca erosionar a los socialistas, sabedor de que en las propias filas del PSOE hay graves diferencias.

En el debate entró ayer Alfonso Guerra. El exvicepresidente del Gobierno se refirió a la posibilidad de que la negociación sobre financiación impida la aprobación de los presupuestos del 2009. Para Guerra no sería un motivo de especial preocupación que el Gobierno tuviera que prorrogar las cuentas del Estado.