Pese a que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, fue muy concreto el pasado martes al anunciar el futuro recorte a las deducciones por vivienda en el IRPF, dos días después el grupo socialista ha tenido que difuminar la iniciativa de su líder para encontrar apoyos para poder aprobarla.

El presidente anunció que a partir del 2011 "la deducción se reducirá linealmente hasta desaparecer cuando la renta declarada supere los 24.000 euros anuales". Sin embargo, en su propuesta de resolución posterior a la celebración del debate del estado de la nación, el PSOE se limita a afirmar genéricamente que "las rentas más bajas" serán las que queden exentas.

Y es que tanto ERC como IU-ICV han reclamado que la deducción se mantenga para las clases medias, lo que obliga a elevar la renta máxima que fijó Zapatero a partir de la cual se va a suprimir la bonificación. El portavoz socialista, José Antonio Alonso, admitió ayer que "se puede hablar" sobre esa cifra en las negociaciones que va a mantener con estos grupos durante los próximos días.

Alonso, sin embargo, se negó reiteradamente a admitir una de las principales críticas de la oposición respecto a esta y otras medidas sacadas a escena por parte de Zapatero: su falta de negociación previa con los sectores y administraciones implicadas. Ayer lo reiteró el PP, en palabras de su portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, reprochando al Gobierno que sus iniciativas "han envejecido mal y pronto" y dejan "trituradas a las clases medias y a los más jóvenes" en materia de vivienda. Una de las resoluciones de los populares solicita no solo mantener sino aumentar las deducciones fiscales. CiU defenderá también la vigencia de estas bonificaciones. Es por este motivo que el PSOE queda en manos de los grupos de izquierdas.

OTRAS CARPETAS Para conseguir hacerse con estos apoyos, los socialistas deberán también negociar, en paralelo, otras cuestiones. Con IU-ICV, la propuesta referida a ampliar la cobertura por desempleo, una demanda a la que el PSOE se muestra abierto. Y con ERC, la llamada "carpeta catalana", que incluye asuntos como la financiación o el traspaso de Cercanías.

Al respecto, en una de sus propuestas de resolución, el PSOE diluye la enésima fecha límite marcada por Zapatero el pasado martes con el fin de cerrar un acuerdo de financiación --el próximo 15 de julio-- y se limita a proponer que se consiga "en el plazo de tiempo más breve posible". Además, los socialistas proponen reforzar la cooperación entre el Gobierno y las autonomías para hacer frente a la crisis. El PSOE considera que hay un margen negociador con todos los grupos de izquierdas y formulará alternativa a todas sus peticiones.