El PSOE se apoyó ayer en CiU para superar el primer gran desafío de la legislatura. Socialistas y nacionalistas catalanes tumbaron con sus votos una moción de ICV que reprobaba la actitud favorable del Gobierno al fichaje del exdirector de la Oficina Económica de la Moncloa, David Taguas, por la patronal de las constructoras de obras públicas, Seopan. Todas las demás formaciones, incluida el PP, respaldaron la iniciativa, salvo Coalición Canaria, que se abstuvo.

Sin embargo, el alivio del PSOE se vio alterado porque uno de sus diputados, Juan Antonio Barrio de Penagos, de la corriente crítica Izquierda Socialista e irritado por el caso de Taguas, rompió la disciplina de partido y apoyó la moción. Otro socialista, Ferran Bono, se sumó a CC en la abstención. La dirección del grupo abrió anoche un expediente disciplinario a De Penagos que, según algunas fuentes, ha alegado que se trató de una equivocación. Respecto a Bono, el PSOE asume que fue un error.

El resultado final fue de 157 votos a favor del reproche al Ejecutivo, 171 en contra y tres abstenciones (a los dos diputados de CC se sumó uno del PP por presunta equivocación). Pese a que el PSOE salió airoso de la prueba, varios diputados admitieron en los pasillos que habían votado "con la nariz tapada" para no romper la disciplina de partido. Antes del debate, Izquierda Socialista pidió medidas para evitar "zonas de sombra".

"DERROTA MORAL" Joan Herrera, de ICV, previendo que los socialistas iban a salvar la cara, les adjudicó una "derrota moral" en el debate. Herrera acusó al PSOE de "mirar hacia otro lado" y "dar carpetazo" a la actitud que mantenía en la oposición. Emilio Olabarría, del PNV, calificó de "fraudulento y sainetesco" el dictamen de la Oficina de Conflictos de Intereses del Ministerio de Administraciones Públicas, que consideró el fichaje de Taguas ajustado a la ley de incompatibilidades de altos cargos.