El interés general del PSOE se ha impuesto al del sector de los socialistas navarros que apostaban por formar gobierno con Nafarroa Bai e Izquierda Unida. La ejecutiva federal vetó ayer esa alianza y dejó vía libre para que la Unión del Pueblo Navarro (UPN), la marca del PP en la comunidad, gobierne en minoría. La principal razón es la cercanía de las elecciones generales, previstas, si no hay cambios, para dentro de siete meses.

Nadie quiere asumir riesgos innecesarios con unos comicios a la vuelta de la esquina. Y pactar con los vasquistas de Nafarroa Bai (formada por Aralar, Eusko Alkartasuna, PNV y Batzarre) es un riesgo innecesario, según la opinión mayoritaria en la dirección del PSOE. Las palabras que la víspera dijo María San Gil podrían tomarse como ejemplo de la amenaza propagandística que se ha intentado evitar: un pacto entre el PSN y Na-Bai, dijo la dirigente del PP, "confirmará" que "el proyecto de Zapatero con ETA-Batasuna sigue adelante".

José Blanco encabezó ayer la comisión permanente de la ejecutiva federal que recibió a Fernando Puras, candidato a la presidencia, y a Carlos Chivite, secretario general del PSN, en la sede de Ferraz. El secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, alegó motivos de agenda para no asistir y delegó en Blanco la tarea, dos días después de que que el PSN hubieran desafiado a Ferraz afirmando que apostaban por el pacto.

DECISION FINAL La última palabra en materia de alianzas la tiene, según los estatutos, la ejecutiva federal. Puras y Chivite lo sabían antes de lanzar el órdago y por eso, y porque el asunto se llevaba arrastrando desde el 27 de mayo, la reunión se preveía tensa. Según informó Blanco, ambos bandos expusieron sus razones "cordialmente". La ejecutiva federal consideró que no se daban "las condiciones suficientes para gobernar con Na-Bai". Esas "condiciones", a las que Blanco se refirió en varias ocasiones en la rueda de prensa posterior, no fueron concretadas.

Sí que dijo que el PSOE ha querido que gobierne "la lista más votada" --deseo por el que, sin embargo, no ha luchado en Canarias-- para "acabar con la inestabilidad" en Navarra, y que, en consecuencia, se abstendrán y no votarán en contra de Miguel Sanz, el candidato de UPN a la presidencia.

La decisión de la ejecutiva federal deja en una posición delicada a Puras y Chivite. José Luis Uriz, miembro del sector crítico del PSN, no tuvo recato alguno en señalarles. "Alguien tiene que pagar esta factura", afirmó. Uriz los considera responsables de la situación de crisis en la que se encuentra ahora el PSN, con una credibilidad bajo mínimos y una militancia desolada por el fracaso de su apuesta por el cambio. Preguntado por las consecuencias en las filas socialistas navarras, Blanco descartó que hubiera "crisis". "Aún no compartiendo la decisión, la asumen y la van a gestionar", dijo en referencia a Puras y Chivite. Exactamente las mismas palabras que los dos dirigentes navarros usaron horas después en el comunicado que emitieron. Fuentes socialistas explicaron a Europa Press que se habían visto "forzados" por la militancia a reintentar el acuerdo, pero sin estar convencidos de su conveniencia.

La alegría en UPN era palpable. Los conservadores parecen haber logrado el compromiso de que el PSN no presentará una moción de censura en cuanto se celebren las generales. En esa línea, Ion Erro, coordinador general de IU de Navarra, dijo que Zapatero "tiene que explicar sus acuerdos con el PP". "Es la única explicación para determinar la decisión", afirmó.

Sanz, presidente en funciones, descarta elecciones y augura una legislatura sin sobresaltos. Aunque precisamente elecciones es lo que reclamó Patxi Zabaleta, cara visible de Na-Bai.