Corren malos tiempos para la lírica ideológica de la izquierda. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se ha quedado solo y derrotado en Europa --como reconocen incluso en su propio partido, el PSOE-- en su férrea defensa de una salida de la crisis económica en clave socialdemócrata. Y necesita en su propio Parlamento los votos de la derecha moderada (PNV o CiU) para cumplir con las cada vez más duras exigencias que le llegan desde la Unión Europea (UE) para reducir el déficit público y calmar a los mercados financieros. Ante esa perspectiva, y para evitar otro revolcón de la oposición en el Congreso a la política económica del Ejecutivo, los socialistas se unieron ayer al PP y votaron a favor de una moción para agilizar las reformas estructurales pendientes.

INQUIETUD SOCIALISTA Unas reformas (la laboral, la de las pensiones e incluso la que se cierne en la sanidad a cuenta del copago) que cada vez inquietan más en las filas del partido de José Luis Rodríguez Zapatero, ante la inminencia de que el presidente del Gobierno debe hacer nuevos recortes sociales. Esa preocupación se vio especialmente plasmada en la reunión que celebra todos los martes el grupo socialista en la Cámara baja, que se está consolidando como uno de los principales foros de debate interno, junto a las críticas aisladas de los barones territoriales. Varios diputados pidieron la palabra para expresar su preocupación por la "histeria", según dijeron, que sufren los mercados bursátiles internacionales y que los está haciendo cada vez más insaciables a la hora de exigir a los estados ajustes presupuestarios y de contención del gasto.

"Estas medidas lastrarán los estímulos económicos y de creación de empleo", se lamentó uno de los intervinientes, que pidió más autonomía nacional respecto a los mandatos de la UE. Llegados a ese punto, se apeló también al "rearme ideológico" del partido y del Gobierno.

En la reunión del grupo se abordó la recta final de la reforma laboral y, ante el convencimiento generalizado de que la patronal y los sindicatos no llegarán hoy a un acuerdo, se instó al Gobierno a "pactar los desacuerdos" con estos últimos. Es decir, a paliar, en la medida de lo posible, los daños a los derechos de los trabajadores de un decreto que se presume "duro".

LLAMAMIENTO DE IU-ICV Consciente del momento de debilidad interna que viven los socialistas, el diputado de IU-ICV, Joan Herrera, hizo ayer un llamamiento de "alarma" a la "gente de izquierdas del PSOE" para que oponga resistencia.

Sin embargo, la dura realidad de la soledad del Gobierno se impuso por la tarde en el hemiciclo, donde los socialistas perdieron la única votación de la sesión, cuando intentaron rechazar uno de los puntos de la moción que presentó IU- ICV para reducir los daños sociales de los planes de ajuste del Ejecutivo de Zapatero. En esta votación se pedía que el Gobierno no adopte "medidas unilaterales" en lo referente a la reforma de las pensiones. El resto de los grupos parlamentarios votaron a favor de que no lo hiciera, lo que evidenció la soledad parlamentaria del PSOE en este tema.