La enésima desavenencia entre un juez y un fiscal de la Audiencia Nacional se saldó ayer con la orden de puesta en libertad de los siete piratas detenidos el miércoles por el buque español Marqués de la Ensenada en aguas próximas a Somalia tras un asalto fallido. Los corsarios, inmersos ahora en un limbo legal, fueron trasladados a Yibuti, al norte de Somalia. El juez Fernando Andreu tomó la decisión, un día después de haber dictado prisión, por el cambio de criterio de la fiscalía, que ayer retiró la acusación que inició, precisamente, el proceso y pedir que sean entregados a Kenia, en virtud de un acuerdo entre ese país y la UE.

El juez se negó, en un auto, al envío a Kenia y pidió a la autoridad que les custodiaba que les dejara libres. Los piratas podrían haber sido enviados a Kenia si el juez no se hubiera declarado competente para investigarlos.