El malestar en el seno del PP por la falta de respuesta de la dirección del partido ante la implicación de su tesorero en el caso Gürtel crece a medida que pasan las horas sin que Mariano Rajoy tome ninguna decisión. Varios diputados expresaron ayer en privado su convicción de que tras la remisión del caso al Tribunal Supremo, debía acordarse ya la suspensión de militancia, pero solo el combativo Vicente Martínez- Pujalte se atrevió a manifestar en público esa posición, aunque lo hizo trasladando el peso de la decisión al acusado. "Sería bueno que él mismo pensara si es buena su continuidad", indicó, e invitó a Bárcenas a llevar a cabo "una reflexión personal" al respecto.

Pocos minutos antes, la portavoz parlamentaria, Soraya Sáez de Santamaría, se había visto obligada a remitirse a la posición oficial hasta en tres ocasiones ante las preguntas de los periodistas. "No me voy a pronunciar hasta que se conozcan los hechos, por rigor, derecho de defensa y presunción de inocencia", dijo. La tesis de la dirección es que hasta que el Supremo se pronuncie y el partido conozca el contenido de la acusación no se tomará decisión alguna.

Mientras, la estrategia es echar las culpas al Gobierno por esta supuesta situación de indefensión. "A lo mejor el Gobierno tiene más información que los propios afectados sobre los hechos", añadió la portavoz. Pero varios diputados coincidieron en destacar que la inacción de Rajoy deja en muy mal lugar el acoso al que el mismo PP somete al vicepresidente tercero, Manuel Chaves, por un presunto trato de favor en el que habría incurrido hacia una empresa de su hija cuando era presidente de la Junta de Andalucía. Muchos reconocen que en este caso ni siquiera existen indicios de delito alguno y que nunca acabará en los tribunales, pero los conservadores han exigido explicaciones y dimisiones. Hoy, el PP interrogará al ministro de Industria, Miguel Sebastián, sobre la cuestión.