Jordi Pujol se despidió ayer de Madrid en el transcurso de una conferencia en la que invocó su sentido de Estado para dejar claro que goza de legitimidad al censurar la interpretación a la baja de la Constitución y de abonar la exigencia de un nuevo Estatuto catalán. Cataluña ha recuperado su "espíritu reinvidicativo", dijo el presidente catalán, y éste, que es "inevitable y necesario" para superar el "creciente descontento", se manifestará "con eficacia" la próxima legislatura.

A la despedida fueron, entre otros, las ministras Julia García-Valdecasas y Ana Palacio, el fiscal general del Estado, y representantes de la sociedad civil, entre ellos, el vicepresidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio Mosbah.