Si Mariano Rajoy pretendía cortar de raíz el creciente debate sobre su liderazgo con la amenaza de duras sanciones, se debió de llevar ayer un buen disgusto. El presidente del PP se desayunó con una nueva andanada de los hermanos Costa. Esta vez le tocó a Juan. El exministro de Ciencia y uno de los escuderos más fieles de Rajoy en las últimas elecciones generales le reprochó haber fulminado a su hermano Ricardo sin atreverse con el auténtico responsable del partido en la Comunidad Valenciana, Francisco Camps. Aunque suene a trabalenguas, su mensaje fue claro: "Los liderazgos fuertes son liderazgos fuertes frente a todo el mundo y no solo frente a los débiles. Cuando se ejerce con los débiles, en el fondo lo que se está haciendo es poner sobre la mesa una prueba de la debilidad de ese liderazgo".

Juan Costa no se quedó ahí. También criticó a Camps por no haber "estado a la altura" en la gestión de la crisis del caso Gürtel, e invitó a su partido a abrir "una reflexión interna" sobre el liderazgo de Rajoy. "Tiene que demostrar que es una alternativa real de Gobierno", advirtió.

La dirección del partido eludió responder a Costa durante toda la jornada. Fuentes próximas al presidente del PP quisieron restar importancia a las críticas apelando al aspecto humano: su condición de hermano del exsecretario general del partido en Valencia expulsado de modo fulminante el día anterior.

LEALTAD AL LIDER La relación entre ambos también fue esgrimida hace unas semanas en su defensa por Ricardo. Cuando la dirección del partido empezó a apuntar que sería el alfil sacrificado para salvar a la reina, Riky (así le llaman sus amigos) recordó que él antepuso la lealtad a Rajoy cuando Juan amagó con presentarse como candidato alternativo en el congreso celebrado en Valencia tras la última derrota electoral del PP.

A la misma hora en la que el exministro de Ciencia lanzaba su estocada en TVE, María Dolores de Cospedal, lo contraprogramaba en Tele 5. La secretaria general del PP, amén de pedir "disculpas a los militantes y a los ciudadanos" porque "no se merecen la forma de actuar" del principal partido de la oposición, dio algunas pistas sobre lo que puede ocurrir en la reunión del comité ejecutivo convocado para el martes, la cita escogida por Rajoy para escenificar su nueva política de mano dura.

MILITANTES ESTUPEFACTOS Cospedal avanzó que las declaraciones de Ricardo Costa fueron "más graves" que las de Manuel Cobo, el número dos del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. "Es completamente impropio" que Costa intentara "seguir ejerciendo un puesto que no le correspondía". También sacó a colación las llamadas recibidas de militantes. Todos, explicó, le transmitieron que se quedaron "estupefactos" cuando se repuso él mismo en su cargo.

Si al exdirigente valenciano se le aplicó una suspensión temporal de militancia, es fácil deducir que a quien pintó a la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, como una nazi le vaya a caer una sanción menor, sin separación del partido.

¿Saldrá también tocada Aguirre de la reunión del martes? Fuentes próximas a la lideresa aclararon que ella no se siente concernida por el aviso de Rajoy sobre el carácter finito de su paciencia, pese a su desafío al líder por la presidencia de Caja Madrid. Nadie en el partido, sin embargo, apuesta ya por el candidato de Aguirre para la entidad financiera, Ignacio González.

Tras Cospedal, varios dirigentes salieron disciplinados a la palestra apoyando el golpe de autoridad anunciado por Rajoy. Los más críticos, como José María Aznar y Manuel Pizarro, guardaron silencio a la espera de lo que ocurra el próximo martes.