Los testimonios de José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero sobre el 11-M tendrán que esperar. Así lo decidieron ayer PSOE y PP, con el apoyo de IU- ICV y para disgusto del resto de los grupos de la comisión del Congreso. La purga iniciada en la Guardia Civil de Asturias, cuestionada por sus relaciones con algunos imputados en la trama del explosivo, ha llevado a la comisión a dar prioridad a esta parte de la investigación y retrasar unos días las citaciones del presidente y su antecesor.

Al final, Zapatero comparecerá con dos semanas de retraso, el 13 de diciembre, y Aznar lo hará el 29 de noviembre, aunque estaba citado para el próximo lunes. Ese día acudirá a la comisión el teniente coronel José Antonio Rodríguez Bolinaga, jefe de la Comandancia de Gijón. El Ministerio del Interior destituyó el martes a Rodríguez Bolinaga por haber ocultado una grabación del 2001 en la que un confidente informaba a un guardia civil de que el exminero Emilio Suárez Trashorras y su cuñado, Antonio Toro, robaban y vendían explosivos.

LOS MANDOS El mismo día que Bolinaga declararán, a petición del PSOE, el actual jefe de la Comandancia de Asturias y encargado de investigar la trama del explosivo, el coronel Luis Antonio Búrdalo de Fuentes, y su antecesor en el cargo, el general Pedro Laguna. Bajo el mando de Laguna se iniciaron en Asturias las operaciones Pipol y Serpiente sobre el robo de explosivos, que no dieron frutos.

El PP pretendía llamar también al coronel Félix Hernando, jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, pero el portavoz socialista Alvaro Cuesta anunció ayer que votará en contra de esta comparecencia. Hernando y Laguna ya han testificado ante la comisión.

Fijado el nuevo calendario de comparecencias, ERC, CiU, PNV y el Grupo Mixto elevaron ayer su protesta por entender que la comisión queda al albur de los datos que difunde la prensa, en este caso El Mundo. "Es como jugar al ajedrez al revés, moviendo fichas hacia atrás", comentó Joan Puig (ERC), mientras Emilio Olabarria (PNV) calificaba la situación de "cachondeo". Tampoco Jordi Jané (CiU) apreció la necesidad de estas comparecencias, pues a su juicio "ya quedó demostrado que el control y la investigación sobre los explosivos ha sido un desastre".

CABOS SUELTOS Pero el PSOE prefiere enfrentarse a estas minorías a ser acusado por el PP y sus medios de comunicación afines de haber dejado cabos sueltos en la investigación.

El otro temor que albergaban los socialistas es que, de aparecer nuevos datos sobre la trama de los explosivos después de que testificasen Aznar y Zapatero, el PP forzara una segunda comparecencia de ambos para prolongar los trabajos de la comisión. De hecho, el PP alertó de que no descarta pedir nuevas comparecencias tras interrogar a los mandos de la Guardia Civil.