Vladimir Putin, presidente ruso, calificó ayer de "rumores" las informaciones sobre la elevada dependencia energética española de Rusia, pese a que este país se ha convertido en el primer proveedor de hidrocarburos de España, según revela un estudio del Real Instituto Elcano. Delante de José Luis Rodríguez Zapatero, Putin aconsejó a España importar más gas de Rusia si busca "estabilidad" en el suministro de este producto, hoy procedente casi en exclusiva de Argelia.

Al mismo tiempo, animó a las compañías españolas a entrar en el mercado energético ruso y dijo que ya hay proyectos en marcha entre los dos países sobre comercialización de gas licuado en terceros países y desarrollo de energía nuclear. De todos modos, para despejar inquietudes por el creciente peso de Moscú en este sector, garantizó que su país "siempre ha sido un socio de confianza" y nunca, "ni en las épocas de cataclismos", ha vulnerado sus compromisos.

El jefe del Kremlin hizo estas consideraciones en conferencia de prensa con el presidente español, tras un encuentro en la Moncloa que puso fin a su viaje oficial a España. Una visita que amplió en el último momento para tomarse un café a solas con los presidentes de una decena de importantes empresas españolas que fueron elegidos para acudir al almuerzo de Zapatero con Putin. A todos los invitó a invertir en los sectores de la vivienda, la educación y las infraestructuras, además del energético.

ESTRECHAR VINCULOS Zapatero abogó por que la UE estreche las relaciones con Moscú en la renovación del acuerdo de vecindad, prevista para el 2007, ya que la unión entre ambos produce "estabilidad en el mundo" por tratarse de "dos grandes potencias determinantes en un orden multilateral".

Los dos mandatarios suscribieron una declaración conjunta contra el terrorismo, en el que propugnan combatir este flagelo "dentro del estado de derecho" y en el marco de la ONU. Además, presidieron la firma de ocho convenios con el objetivo de reforzar las relaciones bilaterales y, frente al conflicto desatado por las viñetas sobre Mahoma en diarios europeos, coincidieron en reclamar "respeto" a las religiones y el fin de la violencia.

Un periodista inquirió a Putin y Zapatero si habían abordado el tema de los derechos humanos, en concreto el caso del empresario ruso-español Antonio Valdés, testigo en un caso de presunto lavado de dinero relacionado con la petrolera Yukos, que días atrás fue hospitalizado con conmoción cerebral y fracturas.

Encogiéndose de hombros, Putin ironizó que no puede conocer la situación de cada uno de los 145 millones de habitantes de Rusia, "mucho menos si es español", y tras decir que no había tratado este asunto con Zapatero se comprometió a informarse y ordenar una investigación.

El presidente español, en tono serio, añadió que los ministerios de Exteriores de los dos países trabajan para resolver las "diferencias de interpretación" sobre la nacionalidad de Valdés y dijo que ve "buena disposición" en las autoridades rusas.