Los terroristas de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) renovaron ayer su presión al Gobierno y colocaron en webs islamistas dos comunicados, un vídeo y una fotografía de los voluntarios de la oenegé Acció Solidària. En uno de los textos, los terroristas aseguran que la "seguridad" de Roque Pascual y Albert Vilalta, todavía cautivos, depende de que sean satisfechas sus demandas, a las que no hace referencia.

La estrategia de comunicación de los terroristas, adelantada ayer por El País , llega dos días después de que Alicia Gámez fuera liberada, tras 101 días secuestrada en el desierto de Malí. Los terroristas explican que esta fue liberada por haberse convertido al islam y por su mal estado de salud. El comunicado dice que se convirtió "por su propio deseo" después de que los "muyahidines" le ofrecieran clases de islam y de sharia ley islámica".

AQMI también ha difundido un vídeo en el que aparecen supuestamente los dos catalanes por el desierto y rodeados por hombres armados que los meten en un todoterreno. En la foto --que se ve en esta página--, aparecen los tres rehenes, y la cara de Gámez, que se cubre el pelo con un pañuelo, está pixelada.

LA GUERRA DE IRAK En el segundo comunicado, AQMI justifica el secuestro de los tres catalanes porque España "participó con los aliados y con la OTAN en una guerra" contra Irak y Afganistán. Las demandas a las que se refieren los terroristas son económicas (según fuentes de la negociación, un rescate de 3,7 millones de euros) y también políticas (la puesta en libertad de varios islamistas encarcelados en prisiones de Mauritania).

En Barcelona, dos días después de que Gámez volviera a casa, los compañeros de oenegé de Gámez, Vilalta y Pascual levantaron la voz. El portavoz de la oenegé, Josep Ramon Giménez, dijo que algunas informaciones periodísticas y la actitud del Gobierno les han "desconcertado", ya que considera que ha habido un giro en su estrategia de comunicación. A Barcelona Acció Solidària (BAS) le ha molestado encontrarse en la prensa parte de la información que el Ministerio de Exteriores les ha ido trasladando sobre los cooperantes, pero que les rogó que no hicieran pública "por razones de seguridad". Giménez reprochó a la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, que revelase, tras la liberación de Gámez, que los secuestradores facilitaron "pruebas de vida" de los voluntarios. "No es justo que se den a conocer todos estos datos cuando aún dos de nuestros compañeros siguen en manos de Al Qaeda", recriminó Giménez, quien lamentó que el Gobierno haya modificado "las reglas de juego" sin avisarles.

El portavoz de BAS desveló, además, que el presidente de la oenegé, Josep Carbonell, recibió una llamada de Gámez el pasado 29 de diciembre, un mes después del secuestro, y solo la comunicó a la familia y al ministerio. En esa llamada, Gámez aseguraba que los tres secuestrados estaban bien de salud y pedía a sus compañeros de organización que presionaran al Gobierno para que negociara su liberación. Esta comunicación se añade, pues, a la llamada que Gámez pudo realizar a su familia pocas horas después del rapto.

Vista la sorpresa que las críticas causaron en el Ejecutivo ("no ha habido ninguna declaración imprudente", dijo De la Vega), tanto la organización como las familias dejaron claro a través de sendos comunicados que mantienen plena confianza en las gestiones del Gobierno para conseguir un desenlace feliz.