Al día siguiente del debate en el Congreso de los Diputados sobre el conflicto con Irak, el secretario general del PSOE profundiza, en conversación con este diario, en sus razones para oponerse a una guerra y criticar la posición de José María Aznar.

¿Le transmitió el presidente Aznar en su encuentro en la Moncloa alguna información secreta o reservada que justifique el ataque a Irak?

-- Los datos que me comentó, muy de pasada, fueron menos de los que luego puso sobre la mesa en el pleno del Parlamento. Nada de información reservada, ni mucho menos exhaustiva.

¿Hasta dónde llega su oposición a la guerra? Si los inspectores denuncian, ahora o en unos meses, que Bagdad tiene armas de destrucción masiva, ¿apoyará una acción bélica acordada por la ONU?

-- Los inspectores y las Naciones Unidas tienen la capacidad para comprobar hasta qué punto queda por desarmar Irak. Hay que reforzar la inspección, hay que poner más medios, de todo tipo, como piden Francia y Rusia, y hay que dar tiempo a los inspectores. Esta tarea corresponde a ese personal y a Naciones Unidas. No a la CIA ni a la Administración norteamericana, y Bush dictó sentencia antes de que hubiera informe. Nosotros queremos, con resolución o sin resolución, más tiempo para los inspectores, más medios para éstos y que exista el compromiso de desarmar a Irak con la acción de la ONU, no con los bombardeos.

Y si se demuestra que posee armamento biológico, ¿cómo se le desarma?

-- De 1991 a 1998 se han destruido más armas del régimen de Sadam Husein que las que se destruyeron en la guerra del Golfo. Por tanto, es evidente que se puede hacer sin guerra. Hay otros países que se han desarmado, poniendo fin a la carrera de armamentos. Esa es la vía. Lo he dicho y lo he expresado: no cabe el uso de la fuerza como ataque preventivo, no cabe el ataque por si acaso .

¿Hay guerras legítimas?

-- El uso de la fuerza sólo es legítimo ante un ataque ilegítimo; ante una inminencia grave para personas o para países. Eso es lo que dice la Carta de las Naciones Unidas. El Consejo de Seguridad tiene que escuchar y ser sensible a lo que opina la ciudadanía. Tengo el convencimiento de que si la opinión pública en EEUU evoluciona de forma crítica hacia un ataque, Bush se lo pensará mucho. Si eso cuenta y ha contado siempre en Norteamérica, debe contar también en otros países, como España.

¿Cree que Francia, ya que no lo va a hacer España, impedirá que las Naciones Unidas aprueben el ataque?

-- Francia hará, lógicamente, lo que crea conveniente, pero los socialistas españoles hemos marcado claramente una posición. En contra de lo que se dice de que los partidos y los líderes navegan con una cierta indeterminación, nuestra postura es clara. Creemos que un ataque militar, aparte de desproporcionado por lo que representa de drama humano, es una fuente de más inseguridad en el mundo. La seguridad unilateral no existe; o es compartida o generará más inseguridad.

Dirigentes del PP vinculan la identificación del Gobierno con la Administración de Bush a los intereses de España, por la ayuda que Estados Unidos nos presta en la lucha contra ETA. ¿No lo comparte?

-- Ningún país puede condicionar la ayuda que presta en la lucha antiterrorista a las posiciones que se mantengan respecto a otros temas en el Consejo de Seguridad. Eso sería tanto como pensar que Francia, que es el país que más nos interesa en la colaboración contra el terrorismo, se vaya a portar mal porque no pensemos como él.

Usted rechaza equiparar la situación actual con la de 1990/1991, porque entonces se produjo la invasión de Kuwait. Pero, ¿no se puede comparar con el ataque a otro dictador, el serbio Slobodan Milosevic, que todos aplaudieron? Milosevic tenía Kosovo; Sadam tiene a los kurdos...

-- En absoluto. En Kosovo era evidente, y además con un dramatismo terrible, que se estaba produciendo un genocidio. La injerencia y el ataque obedecieron, fundamentalmente, a una intervención humanitaria urgente porque se estaba produciendo ese genocidio. Además, hubo un consenso internacional claro. Era una situación muy excepcional y en la que, por cierto, no hubo ninguna polémica política.

Al final de la guerra mundial, la izquierda española esperaba una intervención de los aliados para derrocar a Franco. ¿Tampoco es un precedente para atacar Irak?

-- Eso sería deseable siempre que fuera una operación que no tuviera un alto coste en vidas humanas. Habría que preguntar al pueblo iraquí si quiere un bombardeo para ser liberado. Ojalá podamos tener instrumentos políticos para ser capa--

Ver más