Mariano Rajoy se vio obligado ayer, en Pamplona, a aclarar a su ejecutiva, a puerta cerrada, cuál es su posición en la lucha anti-ETA: apoyo al Gobierno. Enmendó así la plana a la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, que, junto al PP vasco, ha sembrado dudas sobre la estrategia antiterrorista de José Luis Rodríguez Zapatero acusándolo de preparar otra negociación con ETA.

Tampoco arrojaron luz sobre el grado de apoyo del PP a la política antiterrorista de Zapatero las declaraciones que este fin de semana han hecho algunos colaboradores del líder del partido. El viernes, su número dos, María Dolores de Cospedal, cuestionaba el compromiso del Ejecutivo contra ETA en tanto este no disuelva los ayuntamientos gobernados por ANV. El sábado, el vicesecretario popular Esteban González Pons apuntaba que cree a los socialistas por obligación. Y el domingo, Javier Arenas negaba credibilidad al Gobierno cuando asegura que no volverá a sentarse con los terroristas.

DIRECTRICES TARDIAS Para superar la ambigüedad y las dudas acerca de la estrategia del partido, ayer Rajoy sí marcó las directrices. Y es que, desde el último atentado de ETA --el asesinato del empresario vasco Ignacio Uria--, el PP ha reclamado la disolución de los consistorios de ANV, como el de Azpeitia, donde residía la víctima. Los socialistas comparten el objetivo, pero no la fórmula propuesta por los conservadores: disolver los ayuntamientos, crear gestoras y convocar elecciones que coincidan con los comicios vascos. El PSOE prefiere las mociones de censura o reformas legislativas.

Ante esta polémica, Rajoy apuntó ayer, según fuentes populares, que hay que presionar a los socialistas para que "sigan" dando pasos en la buena dirección, lo que incluiría expulsar a ANV de los ayuntamientos. Eso sí, admitiendo que "no consta que se hayan dado pasos hacia atrás" o, lo que es lo mismo, que el Ejecutivo quiera retomar la negociación. "Lo lógico es que apoyemos", añadió. En esa reunión tomó también la palabra el presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti, que pidió no quedar al margen de la información que el PSOE traslade al PP sobre la lucha antiterrorista. Rajoy se comprometió a ello.

A RIO REVUELTO Los socialistas, por su lado, aprovecharon el río revuelto para acusar a Rajoy de dejarse arrastrar por las ideas de la presidenta madrileña en este espinoso terreno. La secretaria de organización, Leire Pajín, pidió al PP que, pese a sus "líos internos", mantengan una unidad leal, "sin fisuras ni matices", frente al terrorismo de ETA.