Mariano Rajoy asumió ayer que lo suyo con UPN no hay mediador que lo arregle. Y anunció a través de su secretaria general, María Dolores de Cospedal, que en breve se refundará el PP navarro. A Rajoy le ha costado digerir el distanciamiento de sus socios en la comunidad foral, que se hizo patente cuando no respaldaron al PP en el reciente debate de presupuestos. Entonces, Sanz pidió a sus dos diputados que se abstuvieran. Uno de ellos, Carlos Salvador, le obedeció. El otro, Santiago Cervera, defensor a ultranza del pacto con los populares, desoyó al presidente navarro. ¿Y a partir de ahí? Sanz avisó que habría castigo para el díscolo.

Rajoy, por su parte, solo se atrevió con una "suspensión" temporal de relaciones con la "actual dirección" de UPN. O sea, con el propio Sanz. Y pensó que una de las candidatas a suceder al presidente navarro al frente de ese partido, Yolanda Barcina, le ayudaría a convencer al resto de la organización de que convenía intentar salvar el acuerdo.

Rajoy puso como única condición para intentar la reconciliación que no se tocara a Cervera ni a Jaime Ignacio del Burgo, también defensor del PP. Pero el lunes, UPN suspendió de militancia a ambos. Los populares recibieron pasadas las nueve de la noche del lunes un comunicado de UPN con las decisiones adoptadas por su comité ejecutivo. No daban crédito. Confiaban en un "gesto" que no llegó.

En vez de un gesto, se encontraron con un documento que constataba que de nada habían servido las gestiones realizadas por la alcaldesa Barcina, interlocutora del PP en esta crisis. Y que de nada había servido que Rajoy desplegase ante UPN una paciencia inmensa. Tanta, que algunos compañeros de partido creyeron ver amilanamiento donde él decía poner estrategia: la de evitar la división del voto conservador en Navarra. Pero la cuestionada paciencia del presidente del PP se evaporó ayer.

Pasó de la suspensión a la ruptura de relaciones. E intentó contárselo a sus parlamentarios, con los que se reunió en el Congreso. Pero debió explicárselo a la gallega, porque muchos de ellos no captaron el mensaje. Aseguraban, horas después, que se habían enterado por la prensa de que el PP volvía a Navarra.

PUERTAS ABIERTAS Fue Cospedal la que se encargó de aclarar la situación e informó de que se va a constituir una comisión gestora en Navarra. Confirmó que Cervera seguirá en la dirección del grupo parlamentario y que no se expulsará a Salvador. Y explicó que tanto Del Burgo como Cervera tienen las puertas abiertas en el Partido Popular.

Del Burgo las atravesó ayer mismo. Mantuvo una reunión en Madrid con Mariano Rajoy y Cospedal. "Fui el primer y último presidente del PP en Navarra. Negocié su disolución. Y ahora me siento en la obligación moral de participar en su refundación. Se lo he dicho a Rajoy", confirmó Del Burgo en declaraciones a este diario. El próximo en agregarse al PP, según parece, será Cervera. Y es que los populares buscan dirigentes en Navarra. Y local en Pamplona.